Oye, que variaditos los que han entrado hasta ahora, ¿no? Eso es como la ONU pero si en la ONU dejaran entrar a gente rara. Bueno, la verdad es que ha ido Trump. Así que sí, es como la ONU.
Vamos con los novios. Ramón y Aitor. Ramón está hasta los huevos de la gala. Se le nota de lejos. Laura, una de las novias dice «Súper, tú quieres que me de un infarto, joder?» porque tiene la luz encima. Joanna es la otra.
«Las dos tenéis pareja y los dos están aquí conmigo», dice JJV y las dos se pone a llorar, como si en lugar de estar en plató con JJV hubieran visto a sus novios cayendo a una picadora industrial de carne. Laura… ¿Soy yo o tiene la voz rara?
Sí, Ramón confirma que que está hasta las pelotas (que en su caso están a dos metros del suelo de lo alto que es) de estar metido en este sarao. Laura, por su parte, tiembla más que un Seat Panda bajando por un barranco.
Total, que entra Laura, eso sí, tras unos momentos de zozobra en el que nadie sabía qué estaba pasando porque las luces parpadeaban como los fluorescentes del párking de una peli de terror.
Laura tiene 25 años, farmacéutica y maniática del orden. Tiene el pelo muy largo. Dice su madre que es muy tiquismiquis para la comida y que hace muchas locuras. Pues tiene pinta de que por locura entienda echar una partida de ajedrez.
– ¡¡HAGAMOS UNA LOCURA, ECHEMOS DOS AZUCARILLOS AL CAFÉ, A LO LOCO!!
Y así.
El caso es que se había hecho muy amiguita de Miriam, la que reparte hostias como un cura tratando de batir un récord.
Total, que JJV habla con un señor que se parece a Amador Mohedano. Si me pasa eso a mi me opero la cara.
Luego habla con un tal Cristian, lo que pasa es que hay seis. Han ido descartando unos cuantos, pero al final se queda dos, Gabaldón y Fernández.
Genial, ahora el puto carajal cuando haga post y les tenga que distinguir. Por lo menos parecen gente normal.
Cristian Gabaldón tiene 29 años y es de Valencia. Lleva el pelo como si fuera el alero de un edificio y un pendiente en la nariz que le puedes poner una cuerda y dejarlo atado fuera de la farmacia mientras compras supositorios.
Dice que su mayor motivación es ganar dinero. Dice que tuvo novia durante años y que sólo le puso los cuernos dos o tres veces. Así, por encima. Uf… creo que va de falso modesto.
Ha entrado en la casa echando hostias y se han metido en la piscina donde se abandonan las tortugas cuando ya no las quieres.
Ya hay tres maromos sin camiseta en la casa.
Christian Fernández es de Barcelona y tiene 30 años. Trabaja en la moda. No sé si eso significa que es modelo o que coloca ropa en el Primark. Maromo guapetón. Dice que es una persona «súper payasa pero que le preocupa dar pena y que si le vas a hacer daño él te lo hace primero». No sé si eso significa que levantas la mano para rascarte un sobaco, piensa que le vas a pegar y te descerraja un tiro en la cara por si acaso.
Iluminan a tres muchachas. Una de ellas, llamada Carlota es como Lisbeth Salander pero peor hablada. Dice que no tiene «ni zorra» de por qué le han puesto la luz. Van a entrar dos de ellas.
Una de ellas es una chica llamada Mina. Tiene buena pinta, puede ser una Mina de oro… ja ja ja. Sí, es malo el chiste, lo sé. Mina es la doble de Pastora Soler.
Y la otra, que entra, que se supone que es la menos compatible con ella es… ¡¡CARLOTA!! Y lo pongo en mayúsculas porque ha dicho «me la suda» y «hostia puta» y me ha llegado a la patata.
Carlota es de Marbella y tiene 24 años. Ha sido directora de dos discotecas y la han amenazado de muerte muchas veces. «Tengo un complejo que es que pienso que tengo siempre más huevos que cualquier hombre que tenga al lado», dice.
«El novio de estas discotecas era mi novio y es un magnate de la noche de Marbella, pero le dejé», nos informa, y añade que ha sido campeona de ajedrez.
«Voy a tener a ancianos, mujeres y niños viendo la televisión», dice. Creo que se refiere a literalmente, o sea, que los va a tener ahí viendo la tele o les revienta.
Vamos con Mina. Dice que hace 5 años se fue a vivir a Ibiza. «Yo hago daño cuando me enfado», dice, o sea, como Hulk. «O me echan la primera semana o gano», dice Mina, que si la coges en brazos eres un portaminas. Ja ja ja ja. Sí, vale. Lo siento.
Se iluminan cuatro más: Esther, Rosa, Román y Carlos (el cocinero). JJV les pide a los que ya están en la casa que elijan a uno de ellos. Suenan Esther y Carlos.
Miriam dice que Carlos, por buen compañero. Yoli dice que Esther, que es súper Guay. Pilar dice que Esther. Pero nada, porque JJV dice que su opinión no es vinculante, así que es como cuando tu pareja te pregunta si se compra el jersey rojo o el azul y le dices el azul y se compra uno blanco.
¡¡ENTRA CARLOS!!
27 años, de Barcelona, es chef. Hace cocina vanguardista. Vanguardista es cosas pequeñas que están súper buenas pero que tienes que donar un riñón para pagarlas. Dice el chaval que era un gamberro rebelde pero que en la cocina se reformó. «No soy muy tolerante, pero tampoco soy violento», ah, bueno, menos mal. Joder.
Se ha ganado un puesto en los corazones de los grandes cocineros españoles, sobre todo a los vascos, a los que ha llamado «abueletes» y «catetos de pueblo que se colaban en convenciones en Francia». Le van a recibir con alfombra roja en los eventos de cocina. Alfombra roja de su sangre, digo, porque los cocineros tienen cosas que cortan y saben usarlas.
ESTOS SON LOS 18 QUE HA ELEGIDO EL PROGRAMA.
Ahora quedan dos, uno que elige el público y uno que eligen los concursantes.
Empiezan los concursantes, que tienen que elegir a uno de entre ellos. Eso va a ser como el salto de la reja del Rocío, a hostia limpia por pillar un hueco. Hay menos acuerdo que en el Congreso discutiendo unos presupuestos.
Están gritando «REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN». Porque hay una corriente que dice que no elijan. Pero dice JJV que si no se ponen de acuerdo serán los de la casa los que elijan. Y si no se ponen de acuerdo sería la audiencia.
Y añado, que si no se pone de acuerdo la audiencia deciden los de la Estación Espacial Internacional y si no hay acuerdo lo echan a suertes.
Efectivamente, dice el señorito andaluz que ha comido pescaíto frito, pero sin pescadito y con doble de frito, que ellos pasan de elegir, que lo haga Rita la Cantaora. Y gritan de nuevo ¡REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN! Pero estos las únicas revoluciones que han vivido son las de la lavadora.
Y ahora sí: debe elegir la casa. Se han puesto a votar, pero es un caos que hace que el referéndum de Cataluña parezca algo sencillo y ordenado.
Hay un empate entre un tal José María y una tal Esther. Pero es que encima hay dos Esther. JA JA JA JA JA Al final entra en la casa una señora de Teruel que pasaba por allí.
NO SE HAN PUESTO DE ACUERDO. DECIDE LA AUDIENCIA
Total, que hay que votar en la APP de GH y el jueves se decide quién entra en la casa. ¿Y qué van a hacer con los que se han quedado fuera? ¿Duermen en hoteles? ¿Es un descampado al lado del plató?
JJV habla con los excluidos. Les dice que aún quedan dos plazas y que será el público el que elija. Así que les dice que tienen dos días para conseguir ser votados (pero fuera de la casa) y que el jueves les espera con la maleta hecha en plató.
Esto va a ser un carajal. Veo hasta a las abuelas liadas con la APP votando 24 horas al día. Si yo soy uno de los excluidos entreno hasta al perro para que vote.
Total, que JJV habla con los elegidos. ÑiamÑiam dice que se llama ÑiamÑiam y pone posturitas de estar haciendo taichi en un parque. Ahora Nerea abre la boca y al Ratoncito Pérez se le hace el culo pesicola. Como ese pobre animal se tenga que llevar un piño de esta mujer tiene que venir con un tráiler.
JJV les da palique uno a uno. Están todos de subidón máximo. El imán de los harapos dice que está triste porque la otra alternartiva, Bego, no está con él.
Y se acabó lo que se daba. ¡¡EL JUEVES MÁS!!
Besoooooooooooooooos. Gracias por estar ahí.
Pues a mi muchos de ellos me parecen clones de otras ediciones: El uruguayo como Matias, La Yoli como la Naranjita, la de la corona como Patricia la q hablaba con los árboles…
20 septiembre 2017 | 00:26