Hola amigas y amigos.
Hoy me meto en el terreno de Edu Casado, compañero bloguero y periodista, experto en Quefuedés, cuyo blog os recomiendo.
Peeero el tema de hoy es mío y sólo mío. Y yo lo mío lo cuido. Una vez un señor mayor cogió mi carro del súper por error, sólo unos segundos. Ahora duerme el sueño de los justos en el congelador del súper, detrás de los calippos de marca blanca.
Lo único mío que estoy dispuesto a compartir son las deudas. Y las ladillas, pero sólo si es con régimen de visitas (este es el tipo de comentarios que hará que muera más virgen que una playa en Venus).
Bueno, mientras me gano una beatificación por la vía del pene impoluto, os voy a contar qué ha sido de los concursantes de Gran Hermano 1, ahora que está a punto de empezar la edición 18, nada más y nada menos que 17 años después.
Pensadlo: ahora mismo hay por el mundo maromos y maromas de 17 años que cuando nacieron ya existía Gran Hermano. Hay personas nacidas en democracia y niños de la generación GH. Creo que hoy por hoy tiene mejor audiencia GH, la democracia es como un documental de la dos un agosto a las tres de la tarde.
En fin, antes de que me gane también una investigación por antisistema. Que os voy contando qué fue de:
Ismael Beiro.
Después de lavarse los dientes delante del espejo como si estuviera invocando al espíritu de Colgate, ganó el concurso y se llevó la pasta. Casi la mitad, porque la única que siempre gana Gran Hermano es Hacienda. Y se fue a hacer mundo. Eso lo tiene en común con Dios, que también hizo uno.
Luego se metió a presentadorcillo, que no es que llegara a ser Oprah, y ha salido en alguna serie de esas que la HBO querría hacer, como Arrayán o Gym Tony. Shit himself little parrot.
Después de darse un piñazo de tráfico en 2002 del que salió como un campeón pero que estuvo a punto de dejarlo tieso, recondujo su carrera y ahora es monologuista, que como todos sabemos consiste en hacer logos de monos.
María José Galera.
Sí, era de esas mujeres que las veías y sentías la necesidad imperiosa de que te pusiera la pierna encima. Es más, de que te pusiera el tacón de aguja en una nalga mientras te golpeaba con un… esto… ¿he dicho eso en voz alta?
Total, que después de famosear todo lo famoseable en España se fue a vivir lejos. Y no me refiero a un barrio de las afueras de esos que se tarda más en llegar al centro que si el libro hubiera sido «Viaje al centro en ochenta días», Willy Fog habría perdido la apuesta.
No, se ha ido a vivir a México. Lo típico que empiezas a mirar buscando un alquiler barato y…
Jorge Berrocal.
Sí, el que se dejaba poner la pierna encima. Es ese tipo que cuando entró en GH acababa de dejar el ejército. Afortunadamente no hubo una guerra mientras él estaba dentro.
Después de que ambos entraran en el VIP con menos suerte que una cucaracha en una fábrica de pesticidas, decidió tener una novia de verdad, así que la encontró y se casó. Ahora es social media manager de esos y escribe en un blog friki de series, pelis, videojuegos y cómics.
Marina Díez
Es esa muchacha entrada en carnes que además tenía un poco de mala leche. Ella también se fue lejos a vivir: a Benidorm. Eso es como irse a vivir a la ONU de los jubilados. Allí llegó incluso a ser presentadora en una cadena local. La Milá de las pieles alemanas de color púrpura.
Hace no demasiado (2012, bueno, sí, hace un huevo) salió en Telecinco a contar que se había arruinado, destino que compartía con el 83,4% de los españoles. La muchacha dijo entonces que no le daban curro porque la reconocían de Gran Hermano y eso sí que me jode, porque me parece una discriminación. Qué hartito estoy de los prejuicios, de verdad.
Íñigo González
Ojo, que con éste vais a flipar de lo lindo: resulta que después de dejar sus aficiones más apasionadas, como eran sacarse mocos y llevar el mismo polo hasta que la piel se caía a tiras de la infección y la falta de higiene, se hizo un hombre de provecho.
Y no lo sigo porque comiera mucho y la gente le dijera «buen provecho», si no porque se metió a estudiar. Hizo Filología y Periodismo, por lo que ya ha acabado más carreras con éxito que Fernando Alonso en cuatro años.
Y ojo: Ahora es profesor de inglés y de lengua. Probablemente enseña a niños que ni siquiera saben quién es. Es como descubrir que tu profesora de matemáticas fue una estrella del porno en los años 80. Mola.
¡Seguimos en la segunda parte!