Llega la debacle del amor a Gran Hermano 17: rupturas voluntarias o forzadas

Ey, qué pasa en tu casa.

Sí, soy de un formal que tira para atrás. A veces me llaman del palacio de Buckingham para preguntarme dudas de protocolo. Lo de que la Isa saque la manita para saludar en los desfiles se lo enseñé yo. Iba con un «choca esos cinco», pero como nunca se le acerca nadie, pues se jode y no choca.

Total, me vais a perdonar si hoy no me extiendo mucho, pero me he hecho un corte en un dedo limpiando un radiador y me duele un cojón al escribir. No es que me duela el testículo, lo que me duele es el dedo, pero mucho.

Ésta es la foto de la lesión:

ATENCIÓN, ESTE MATERIAL PUEDE HERIR LA SENSIBILIDAD

Sí, ya, no impresiona mucho, pero joder, duele. En cada pulsación del teclado.

Bueno, me dejo de quejar y me sacrifico por vosotros.

La casa de Gran Hermano está peor que First Dates un lunes a las seis de la mañana: no hay quien haga una pareja. Sí, hubo muchas, pero ahí el amor se ha disuelto como el Joker en el ácido. Y han salido cosas igual de feas.

En primer lugar tenemos a Alain y Meritxell. Bueno, ahí no es que hubiera nunca mucho amor. Primero porque Alain huye de Meri como de lamer a un leproso y segundo, porque lo de Meri es más como los niños en el parque, que no están usando la palita pero no quieren que nadie la toque.

El culmen de esa relación fueron los dos estrujamientos de morcilla patatera que le hizo Meri al francés. Si Romeo y Julieta hubiera sido así la obra duraría 15 minutos y tendría final feliz.

– Oh, Romeo, Romeo, ¿qué tal si te pajeo?

– ¿Y no me das más consuelo que ése?

– Y vas que te matas, mangarrán de medio pelo.

Y hala, cada mochuelo a su olivo.

Pero además de la natural indiferencia de Alain hacia la pantera, que hay vacas que miran con más pasión un tren pasar que Alain a Meritxell, se ha sumado la llegada de Simona. No creo que Alain esté interesado en ella ni en las dos mamas que tiene la rumana, que se tumba y con la altura que dan se puede hacer salto base, pero ella sí está a darlo todo.

Tengo imágenes exclusivas de Simona saludando a una amiga en una fiesta:

Es como lo de los gnomos o los esquimales de frotar la nariz, pero con… bueno. Se ve bien. Sólo digo que con esa fricción si pones un poco de yesca debajo del tetamen haces fuego.

Simona es de una religión que cree en la reencarnación. En aquella que dice que hay Interviú después de Gran Hermano y que a quien se porta bien en la casa, le espera un jardín con muchos bolos en discotecas y un HYMYV.

«No entiendo una puta mierda», decía Meri cuando veía al maromo hablar con la zagala nueva. «Me acerco a él y se va», constataba. CHICA, COGE LA PUÑETERA INDIRECTA: PASA DE TU CARA. 

Ah, Meri ha desmentido que hubiera ordeño con Alain: «¿Pensáis que he tocado la zambomba? ¡Como mucho me ha tocado el culo!«, dijo a sus súper amigas, Bea y Adara.

NO. ¿Y qué estaba intentando con tu culo? ¿Ponerte un supositorio pero no acertaba? ¿Tienes la nalga como la diana de un bar? ¿Ese sube y baja qué era, que estaban probando ascensores entre los cojonzuelos de Alain?

En fin. A otra pareja: Bea y Rodrigo. Esta semana Bea se ha acercado mucho a Rodri y eso es más de lo que puede soportar, porque tiene el chonímetro a tope, no tiene tragaderas ni para un «tía» más. Le enseñas un documental de La 2 y como salga un leopardo no puede más y revienta.

Y claro, que Chonija Naranjita se junte con BerridosGirl, archienemiga del malvado Tímpanus, es demasiado para el frágil PijoBoy, que nació con un palo de escoba metido por el culo.

Rodri se cabreó de las risitas de las tres durante una prueba y cuando Bea fue a pedirle un beso le dijo que no. Y Bea inició una disertación sobre el amor, el cariño y la comprensión que decía así: «Pues hala, a tomar por culo».

Aquí tenemos a Rodrigo intentando buscar una explicación a esa situación. Sí, la estaba buscando en su cerebro:

Al final se reconciliaron, en una conversación en la que él le tuvo que explicar que si Adara, que es tan mala que si la muerde un zombi el que se muere es el zombi, está metiéndose con él y Bea se ríe, a él le jode.

Hoy, en cosas básicas que te tocan los cojones: que le rías las gracias a mi enemigo.

En la sección de otras parejas rotas en las que el amor se fue a la mierda como un mojón va hacia el mar tenemos a Adara y Pol, relación sana donde las haya, que no los metieron en una habitación de infecciosos de puro milagro de sana que era.

Y la de Clara y Fer, que más que una relación fue un coincidir en el tiempo y en el espacio.

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