Algunos de los del ganado de GH 17.
Hola a todos.
Estoy más decepcionado que cuando vas a comer unas galletas de mantequilla, abres la lata y sólo hay cosas para coser. La gala de anoche, el estreno GH 17, fue un tostón. Tú coges dos caracoles muertos, les pones a hacer carreras y vibras de la emoción comparado con GH.
Han entrado 17 maniquíes… bueno, 16, pero la número 17 tiene orgasmos cerebrales así que también cuenta. No hay un sólo perfil diferenciado: todos creen que son los más guays, los más guapos, los más originales. Es como si Mario Vaquerizo y Ana Obregón hubieran concebido muchos hijos en un Desigual.
PERSONAS DEL MUNDO: Vestir como un mamarracho o con la ropa de tu hermana pequeña no te hace guay. Y por si os lo preguntáis, no, no se están riendo CON vosotros/as.
En fin, vamos con el resumen de la gala, que en resumen, fue una gala como para venderla enlatada para tratar problemas de insomnio o de vergüenza ajena.
La cosa comenzó con Milá recordando sus buenos momentos en GH. Es verdad que iba vestida de chicle de fresa mascado, pero aún así estaba guapa y a mí me tocó la patata. Los cabrones de Telecinco le pusieron una musiquilla melancólica durante su discurso que si se le cuela a un DJ en Ibiza acaban todos los desfasados llorando a moco tendido.
Bueno, la revolución de la magia. La explosión de la tecnología. El premio Nobel del engaño. JJV apareció en la casa de Guadalix, solo que no estaba en Guadalix, estaban usando la realidad virtual para poner su imagen allí.
Y oh, tras charlar con Milá apareció en el plató. Si esto fuera el siglo XV a los dos los habían quemado por brujería. Guau. El truco de aparecer en el plató fue increíble. Increíble de que se lo haces a los indios aztecas nada más bajarse del barco Colón y pillan el truco y acabas en lo alto de una pirámide y con el corazón arrancado.
A JJV le faltó hacer como que le quitaba la nariz a Milá con el pulgar y se caga encima David Copperfield de la envidia.
Un inciso: Gran Hermano ya no existe. Al menos como lo conocíamos. Sin Milá no es Gran Hermano. Es algo muy parecido, pero no es Gran Hermano. Milá: gracias por esas 15 ediciones.
Milá lloró un poco. Al parecer mucha gente (incluido yo) le ha dicho que se quedara, que no se fuera. Por ejemplo, una jartá de exconcursantes, muchos de los cuales estaban anoche en el plató. Ay, que llorera me pegué. Sí, sé que parezco una mezcla de Vin Diesel y Dwayne Johnson, pero en realidad soy tierno. Literalmente: mis lorzas son como mantequilla.
«La gente… espero que me perdone», dijo Milá. No hay nada que perdonar. Hay mucho que agradecer.
El primer concursante fue un shock y el resto de ellos las bofetadas que te pegan para sacarte de él. Se llamaba Miguel. Al principio parecía un pijo como otro cualquiera, de esos que vendería a su madre a cambio de mantener su pelazo. Al cinto llevaba una cuerda a modo de cinturón. Solo le faltaban los pantalones de pana para ser un granjero arruinado.
Tenía un flequillo que para hacérselo se tiene que estirar de la punta hasta que se le meten para adentro los pelos del culo. Pero… no. En realidad llevaba peluquín. Pero no uno cualquiera: se lo quitó y parecía una rata camboyana atropellada.
¿Cómo cojones lleva eso en Madrid que ayer cayeron 43 grados a la sombra? ¿Se lo pega con Corega Forte o que? Hay etiquetas de botes de espárragos que son más fáciles de despegar que ese gato atropellado que llevaba en la cabeza.
El señor de la calva secreta.
El caso es que se lo quitó en un vídeo y era como ver a un indio Cherokee arrancando una cabellera. Ese peluquín se lo pone un enano y se puede disfrazar de Ewok en la Guerra de las Galaxias.
Me sigue flipando el cinturón de cuerda del muchacho. Es como ir preparado para cualquier cosa: lo mismo evita que se te vea el huevamen que te puedes colgar de un pino si la cosa va mal.
En las gradas había candidatos que no habían sido seleccionados en este casting… menos dos, que sí habían sido seleccionados, pero no lo sabían.
A la primera, Noelia, cuando se lo dijeron le dio un baile de San Vito como si debajo de su asiento se hubieran dejado unos cables pelados y le estuviera dando calambre. Ojo: Noelia sufre orgasmos cerebrales si oye, por ejemplo, la tapa de un bote de tomate frito. Y la gente comprando geles de placer a lo gilipollas, cuando puedes abrir una lata de mejillones y empezar a correrte como si no hubiera un mañana.
La siguiente fue una tal Beatriz, que se puso histérica al decirle que entraba. Llevaba el pelo rojo como si viniera de rebozarse en el suelo de un matadero. Por los gritos que pegaba, de hecho, podrían estar matándola a ella.
«Todo el mundo me conoce como Naranjita la Lía, porque como buena valenciana me gustan las naranjas y desde pequeña la vengo liando», léase con voz de Ylenia de Gandía Shore.
«Me considero entre choni y pija, chonija», dice. Bueno, entre choni y pija, pero más cerca de choni que de pija. Esta entra en supermercado Sanchez Romero y saltan las alarmas a la que entra directamente.
Naranjita, que debe ser la hermana pequeña de Albert Rivera, dice que es una rompecuellos: sí, pero los cuellos que rompe son los de los académicos de la RAE, porque quiere matarlos a todos para poder hablar en ese idioma suyo de chonija.
Vamos con otro concursante. Estaba ya en la casa, pero camuflado entre los que están metidos con realidad virtual. Era como el guitarrista de los Guns and Roses pero decolorado. Es como si el Jocker se hubiera dejado crecer la barba. Se llamaba Álvaro. Llevaba un sombrero lila y un pañuelo colgado a la cintura a juego por si se le caen los mocos, debe ser.
Me da que va de palo, porque tiene pinta de ser el hijo no reconocido del sombrerero loco. Es arquitecto y aparejador. Joder, cualquiera le encarga una casa, te monta un pifostio que para ir a mear tienes que llevar brújula.
El siguiente en entrar fue Pol: Es un flipado que se cree que es Labrador de Gandía Shore y que dice que es perfecto. Sí, es un perfecto flipado. Es luchador de lucha libre. Su nombre es «El luchador genéticamente perfecto». Si todos tuviéramos esos genes ahora mismo aún viviría gente en Atapuerca.
«Estaba el hermano de Pol descojonándose de su propio hermano«, dijo JJV en el plató. Su hermano, que es el que nació con cerebro, dijo que convivir con él es muy chungo. «Convivir con ese personaje cuesta», dice. Ya me cae bien.
Otro que me cae igual de bien que meter los testículos en ácido.
Entraron dos más: Laura y Meritxel. Son dos amigas. Se parecen a las Azúcar Moreno pero sin azúcar y sin moreno. Vídeos de presentación de las dos: «Somos las mejores amigas de Cornellá y nos conocen como Las Panteras, porque allí donde vamos dejamos huella». Estas no han conocido el limpiasuelos «Estrella, con Estrella no hay huella». Son las Panteras, el otro El Luchador, la Naranjita… ¿Esto qué cojones es un cuadro flamenco que todos tienen mote?
Entraron también el mulato cubano de CSI Las Vegas o también podría ser Marcelo, del Real Madrid, con un amigo. Los dos tenían una pinta de señoritos andaluces que sólo les falta el coche de caballos. Lo de la gomina no, porque al afro le pones gomina y le homologa el pelo la DGT para circular en moto.
A las dos zagalas que entraron después las llenaron de polvo de colores. A tomar por culo las dos horas que habían estado maquillándose. Se llaman Clara y Candelas. Definitivamente esto es Gran Hermano Curro Jiménez Edition.
Clara, de Madrid, con unas tetas que podrían vivir ahí una colonia de pitufos. Es ovo-lácteo-vegetariana. O sea, una vegetariana de palo. Es alta. Cuando tienen que pintar la parte de arriba de la Torre Eiffel la pinta ella poniéndose de puntillas.
«Una mujer sin tacones es como un jardín sin flores», dijo, en un alarde de feminismo. Y Emily Wilding Davison tirándose a los pies de los caballos para pedir el voto femenino. Mira que no ponerse tacones y ya.
Turno de Candelas. Asturiana. Otra con unos pechos como si los usara para acumular agua para cruzar el desierto. Dice que tiene novio pero que «no están en el mejor momento». Esa relación va a durar lo mismo que un hielo entre las nalgas de JJV.
La vimos en un vídeo corriendo. Con un top tipo sujetador. Madre del amor hermoso. Qué rebotar de tetas. Era como si estuvieran botando dos pelotas de pilates. Con esas domingas y ese caer de pechámenes puedes clavar postes para hacer un vallado.
Lo del siguiente en entrar fue cruel:
Un tal Pablo con pinta de no tener pensamientos impuros. «Me gusta vivir al límite», dijo. Y para vivir a tope se hizo gofrero en Londres. Anda que no hay accidentes con los gofres, tan calientes, tan asesinos… Corea del Norte ha dejado de hacer pruebas con misiles balísticos y está haciendo ensayos para lanzar gofres con nata.
Llevaba el cuello de la camisa tan apretado que lo raro es que no tenga la cara de color violeta. Con esa forma de abotonar la camisa podrías reparar un escape en la tubería de un submarino.
JJV le dijo (de broma, pero él no lo sabía) que aún no era concursante de GH y el chaval se vino abajo. Eso era un drama y lo demás, tonterías. Los puentes de Madison nos hicieron llorar a nosotros y a los puentes les hizo llorar este chaval.
«Sí, pero ahora qué hago, dejé todo para venir aquí y ahora es como…«, dijo entre lágrimas. Madre mía, qué llorera. Le faltó decir: «he sacrificado una cabra a satán para entrar y ahora ya nada…».
Si conseguía que todos sus compañeros se comieran un gofre en una hora, era concursante. Estaba más agobiado que una almeja en una feria de marisco. Iba pidiendo que probaran los gofres con una vocecilla que eso no lo oye un elefante con sonotone. «Si me hacéis el favor de probar mis gofres todos…», decía, pero con vocecilla de la recluta negra y bajita de Loca Academia de Policía. A mí me pasa eso y les meto los gofres por el gaznate como si fueran ocas y las estuviera cebando.
Nueva concursante. Es granjera, Montse. Otra que tiene unos pechos que cuando paren las vacas a las terneras las da de mamar ella. Es una granjera de palo, porque dice que va al gimnasio. Un granjero/a que se precie ya dobla el lomo mucho al día como para irse luego al gimnasio.
«Antes de centrarme quiero reventar el globo ya de una vez», dijo de sus ganas de fiesta. Joder. Eso mismo lo dice en una cueva de Afganistán y con un turbante y la empieza a perseguir la CIA.
Otro concursante: Se había puesto la camisa de su hermano pequeño. Se llama Alain y es francés. Tiene los brazos como si hubiera sufrido un ataque de alergia y se hubiera hinchado. Joder, no tiene bíceps, tiene dos ancas de buey. Este hombre no se puede masturbar porque se arranca el pene en el segundo meneo.
Dijo que cada mañana hace el saludo al sol. Nos ha jodido, eso será porque se levanta tarde. Yo cuando me levanto sólo puedo saludar a los panaderos y al que pone las calles.
Mientras estaba esperando llegó otro zagal. Otro que va de guaperas, llamado Rodrigo. Es de Madrid y trabaja en el departamento financiero de una marca de moda. Es de colegio pijo. Bueno, es pijo, a secas. «No me gustan las chicas chonis». Bueno, puede ligar con Naranjita la Lía, porque ella está en medio y lo mismo puede emparejarse con el hijo de Aznar que con uno que salga del Fabrik.
Rodrigo llevaba una pulsera hecha con un tenedor. ¿Pero ésto que mierda es? ¿La Feria del Complemento que te haces en Tu Puta Casa Manualidades Fashion Week?
La siguiente en entrar fue la spice girl deportista. Se llama Adara y es azafata y dice que ha conocido «culturas lejanas», como si hubiera explorado el Amazonas en lugar de haber ido en un avión sirviendo comida chunga y bebidas a precio de tinta de impresora.
La siguiente en entrar era como la hija de Marlene Morreau. Se llama Bárbara pero en «su mundo» la llaman Barbie Cat. ¿Pero qué cojones…? Es una blogger de moda, pero se flipa mazo, porque se cree la Rubius de los maquillajes.
Tiene tres hijos de tres padres diferentes y dice que busca al amor de su vida. Conmigo que no cuente que me hace un hijo a la que me descuide. A esa muchacha le pides la hora y sólo con ese contacto te hace padre.
Meritxel, Laura, Fernando y Cris están en peligro y ahora se acaban de enterar: uno de cada pareja será expulsado el jueves. Peeero todos tienen unas cajitas que les dieron en algunas de las cuales hay salvación para algunos personajes.
Uf… les veo a todos juntos y hay demasiado guapo y guapa… Demasiado maniquí. ¿Por qué no hay un gordo? Es más, ¿por qué no estoy yo?
NOTA. Esta gala la hice desde Vitoria, donde estoy en el FesTVal de Vitoria. Estoy junto a Willy, mi cámara de toda la vida, mi amigo, mi compañero, mi hermano… Bueno, el pringao al que no le queda más remedio que trabajar conmigo.
Hoy no hay vídeo, amores, pero lo habrá la semana que viene… y ojo que tenemos muchas ideas. Ideas como que nos toque la lotería y no tengamos que hacerlo.
¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!