Exhibiciones, moscas y sin bragas en Gran Hermano 11

Creo que en la casa 11 me leen.

Si no, no se explica que unas pocas horas después de decir que las chicas eran muy recatadas en la casa, Nagore y Melanie, seguidas por Tatiana, que cierra el aquelarre, se dedicaran a lucir palmito en el patio.

Lo he visto en GH 24

Allí se pusieron ellas, en bikini (menos Tatiana, que hizo un mix) y claro, los chicos de la casa, que parecen recién salidos de la cárcel, acudieron como moscas a la miel.

Lo he visto en GH 24

En un momento, las chicas estaban rodeadas, que no sé ni cómo no les tapaban el sol.

Mientras, Indhira se relajaba sola en el jacuzzi. Si yo hubiera entrado, os aseguro que me pasaba el día a remojo cual garbanzo o habichuela.

Lo he visto en GH 24

Pero hablemos de Melanie, esa mujer amante de sí misma. Ayer estuvo (otra vez) diciendo que las cámaras le siguen (debe pensar que es sólo a ella, que no es porque esté en Gran Hermano).

Eso sí, luego no tiene ningún reparo en ponerse unos pantalones cortos sin bragas, lo que provocó que Siscu le advirtiera que se le veían hasta las ideas, lo que pareció complacer a la rubia. Por si no le había quedado claro, sus amiguitas del alma, Tati y Nago, tía, te lo juro, que molonas somos, le reprocharon después que enseñara hasta las tablas de multiplicar por el hueco del pantalón.

También un apunte de Siscu y Arturo: Tienen incontinencia aérea. O lo que es lo mismo, eructo o pedo que les viene, eructo o pedo que se tiran. Así, a lo Torrente, que fuera hay más sitio. Madre mía, un día se asfixian.

¡¡¡EN LA PRÓXIMA COMPRA QUE PIDAN SAL DE FRUTAS!!!

Y hablando de compra, están en un plan desesperante. Se dedican a racionar y sobre todo, a pesar tooooooooda la comida.

Ayer comieron macarrones, ¡¡¡Y pesaron los macarrones para repartirlos!!! ¡¡¡Hasta la mantequilla del desayuno pesan!!!

Si Mirentxu levantara la cabeza…

Pero eso no evita tropelías, porque a Hans, según dice, le han robado su mermelada.

En otro orden de cosas, Arturo e Indhira viven una relación de amor-odio. Por la mañana están refregándose cual adolescentes en un parque, por la tarde están peleados y por la noche ya están otra vez con arrumacos cochineros.

Juan, alias el perrito faldero reflexivo, sigue en su línea, intentando demostrar cuán cabal y listo es en todas las conversaciones. En realidad nadie le traga. Es más, le ignoran a muerte, pero claro, a las malas les conviene darle vidilla para que esté de su parte.

Siempre llega a las conversaciones de las malas como de pasada. ¿No os habéis arrimado nunca a un grupo para ver de qué se habla y habéis visto como que no os integraban en la conversación? Pues eso le hacen a Juan todo el rato, pero él no se da por aludido…

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