Monsanto se retira de Europa y dejará de vender sus transgénicos en casi toda la región, excepto España y Portugal. La empresa agrícola estadounidense anunció esta medida a principios de febrero, casi un mes después que la Unión Europea (UE) anunciara que no alcanzaron ningún acuerdo sobre una política común sobre Organismos Modificados Genéticamente (OMG).
Básicamente, el 13 de enero el Parlamento Europeo, con el apoyo de los populares y socialdemócratas, aprobó la reforma de la directiva comunitaria sobre la directiva de transgénicos que da vía libre a cada uno de los estados miembros para que decida si prohíbe los transgénicos o no en su territorio.
“No gastaremos más dinero para convencer a la gente para cultivarlas”, afirmó recientemente Brandon Mitchener, responsable de Public Affairs de Monsanto para Europa y Oriente Medio en una entrevista que concedió a Investigative Reporting Denmark.
En Europa la producción de transgénicos tampoco es abundante. De hecho, tan solo el 1% de todo el maíz que se cultiva es transgénico y países como Alemania, Francia, Grecia, Italia, Polonia, Luxemburgo, Bulgaria, Suiza, Austria, Irlanda y Hungría se han declarado “zonas libres de transgénicos”.
Según un estudio de la ONG Ecologistas en Acción los transgénicos pueden tener riesgos para la salud humana como el incremento de toxicidad, de alergias, propagación a la resistencia de los antibióticos, creación de nuevas enfermedades o el aumento de residuos tóxicos en los alimentos.