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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

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Empresas que apoyan las agresiones sexuales

stop street harassment

Protesta contra las agresiones sexuales / Stop Street Harassment

Hay una delgada línea entre el piropo y la grosería. La Universidad Abierta Interamericana difundía recientemente una encuesta en la que afirmaba que casi el 60% de las argentinas que habían recibido algún piropo vulgar por la calle se había sentido incómoda, intimidada o violentada. Los comentarios que hizo el alcalde de Buenos Aires a raíz de la Semana Internacional contra el Acoso Callejero son tan vergonzosos que a su lado, Berlusconi es un feminista de carrera.

Acoso Callejero forma parte de una ONG internacional, Stop Street Harassment (SSH), que se dedica a luchar contra las agresiones sexuales a las mujeres en las calles de todo el planeta. Lo genial es que esta ONG trabaja a todos los niveles y en todas las partes del proceso. Si nos quejamos de que las medidas sólo llegan cuando las violaciones se producen, cuando ya sólo se puede castigar al agresor, SSH brinda la oportunidad de trabajar desde la educación que recibimos para que acosar a una mujer por la calle, aunque «sólo» sea de forma verbal, deje de ser visto como una normalidad.

Uno de los frentes de actuación es denunciar a las empresas que en sus anuncios banalizan el acoso. Iniciamos una lista de ellas con Snickers, seleccionada por SSH, para que os lo penséis dos veces antes de ir de compras.

Snickers

Ha sacado un anuncio de televisión en el que quiere demostrar que «no eres tú cuando tienes hambre». Y no se le ha ocurrido otra cosa que mostrar a obreros que, como tienen hambre y no son ellos mismos, se lanzan a piropear a mujeres con muchísima educación. «Ese color de pelo te sienta genial», «el lugar de una mujer es aquel en el que ella elige» o «quiero mostrarte el respeto que mereces». Cogida la velocidad de crucero, uno de los obreros se embala y exclama: «¿Sabes que me gustaría ver? Una sociedad en la que la cosificación de la mujer deje paso a la interacción de género neutral, libre de suposiciones y expectativas». Olé. Porque un buen obrero te diría unas buenas brutalidades que todas sabríamos evocar.

Además de que los protagonistas sólo son hombres y que no hay nada que nos invite a las mujeres a consumir Snickers, da por hecho que es natural que suelten piropos groseros. El acoso no es natural, es aprendido. Aunque los piropos sean lo más educados del mundo, todas las mujeres tenemos derecho a caminar por las calles haciendo nuestra vida, sin que nadie nos interrumpa. Puedes firmar aquí tu rechazo a esta campaña.

La publicidad está en todas partes y la ve todo el mundo. Si muchas empresas siguen reduciéndonos a objetos y animalizando a los hombres, ¿cómo vamos a evitar la violencia?

ESPERANZA ESCRIBANO