“Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres el momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!” Estas fueron las últimas palabras que el presidente chileno Salvador Allende dirigió a sus compatriotas. De esto hace 40 años y hoy, Chile celebra dividido el inicio de la dictadura del general Augusto Pinochet, en un año que, además, se celebran elecciones presidenciales.