Por Cláudia Morán
Hoy Galicia celebra (celebraba) su día grande, un Día da Patria Galega que ha quedado eclipsado por la negra sombra de la tragedia. Desde las 20.42 horas de ayer (HLE), el recuento de fallecidos en la curva de A Grandeira (Angrois), donde descarriló el tren Alvia 151 de alta velocidad que conectaba Madrid y Ferrol, no ha dejado de crecer. La palabra para definir las últimas horas es solidaridad: médicos, bomberos, enfermeras, voluntarios, donantes de sangre, periodistas, psicólogos y trabajadores en paro; todos trabajando para salvar vidas y dar esperanzas a los familiares de las víctimas. La mayoría, funcionarios del sector público a los que la política de austeridad en España rebaja sueldos y cuya utilidad es cuestionada a diario. Aquí tienen la respuesta: para esto.