Panamá, la Cumbre de las Américas, fue el escenario de la foto histórica.
Obama y Castro (Raúl), sentados delante de una escasa escenografía con una mesita con flores. Juntos. A sus costados, las traductoras. Frente a ellos, un grupo de periodistas acreditados aguarda la palabra, una frase que corte como un cuchillo el aire denso de los que esperan, sabiéndose testigos de un momento histórico.
«Estoy de acuerdo con todo lo que Obama acaba de decir», sentencia Castro.