La semana pasada, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en sus siglas en inglés), sacó a la luz los ‘Lux Leaks’, documentos que revelan información sobre acuerdos fiscales secretos con empresas aprobados por las autoridades de Luxemburgo. Supuestamente, estos habrían permitido a más de 340 compañías de todo el mundo -entre ellas Pepsi, Deutsche Bank, Amazon o Ikea- evadir millones de euros en impuestos.
La revelación, paradójicamente no sorprendente, confirma lo que todavía algunos se empeñan en negar: el pequeño país conocido como “las islas Caimán pero sin sol” se parece más a un paraíso fiscal que a otra cosa. Con poco más de medio millón de habitantes, el país alberga a miles de empresas, que tienen su sede virtual ahí, y a un centenar de bancos, además de ser el sexto país en el mundo con una renta por cápita más elevada – más del doble que España-.