Emily Lindin sufrió acoso escolar por tirarse a su novio cuando tenía 11 años. Él, muy machito, se lo contó a todos sus amigos. Empezaron las habladurías, los rumores, los insultos y el acoso. De ellos, que creían que una mujer que tiene relaciones «pronto» se puede acostar con cualquiera y de ellas, que la consideraban una ligerita de cascos.
Hablamos de varias cosas en esta entrevista, porque nuestras sociedades criminalizan la libertad sexual femenina pero aplauden venderla junto a perfumes, coches o dietas milagro. Porque el peor machismo se trasmite entre las mujeres. Porque nadie es alguien para definir «zorra». Y porque Emily, con un par de ovarios, se lanzó a crear The Unslut Project hace un año y desde entonces lucha por sacar de las aulas el estigma que en pleno siglo XXI sigue acorralando nuestra libertad sexual.