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Gervasio Sánchez: “A la gente le daba igual lo que pasaba en Bosnia”

Se oye de fondo el estruendo de las bombas que caen, una tras otra, cada poco. Esta terrible banda sonora persiguió a la población de Bosnia durante tres agónicos años de guerra. Gervasio Sánchez, conocido fotoperiodista español, ambienta con este sonido –grabado por él mismo- la exposición Antología, que muestra sus trabajos en distintas zonas del mundo, entre ellas, los Balcanes. Oficialmente, la guerra de Bosnia tuvo lugar entre 1992 –cuando se independizó de la antigua Yugoslavia- y 1995, cuando se le puso fin con los acuerdos de paz de Dayton. Sin embargo, hay cicatrices que veinte años después todavía duelen. Según la Escola de Cultura de Pau de Barcelona, entre 258.000 y 269.800 personas murieron o están desaparecidos. Para muchos la guerra no terminó en 1995.

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Serbia ya negocia con la UE

Serbia ha iniciado formalmente las negociaciones para convertirse en el miembro 29 de la Unión Europea. El último país en incorporarse al bloque fue Croacia en julio del año pasado. El ingreso de Serbia a la UE podría tardar varios años en hacerse realidad, como fue el caso de Croacia que tardó ocho años en armonizar su legislación con la reglamentación europea.

Como principales retos para Serbia, están la reforma del poder judicial, la lucha contra la corrupción y contra el crimen organizado, la reforma de la administración pública, la independencia de instituciones clave, la libertad de prensa y el combate contra la discriminación y la protección de las minorías.

Además de Serbia cuatro países de la ex-Yugoslavia están considerados como candidatos potenciales a ingresar en la UE: Montenegro, Macedonia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo.

Relación con Kosovo

Serbia manifestó oficialmente en 2009 su deseo de incorporarse a la UE. En 2012 los países miembros la aceptaron como país candidato. Quizá tuvieron que ver sus esfuerzos para normalizar sus relaciones con Kosovo tras la declaración de independencia de esta última en 2008. El pasado abril, Belgrado y Pristina firmaron un acuerdo para normalizar sus relaciones tras meses de difíciles negociaciones y 14 años después del fin de la guerra serbo-kosovar.

Serbia, sin embargo, no reconoce la independencia de Kosovo, como tampoco lo hacen España, Grecia, Chipre, Eslovaquia y Rumania -miembros de la UE-. Tampoco Rusia ni China así como la mayoría de los países de América Latina, África o Medio Oriente reconocen la independencia proclamada por Pristina, que tiene el respaldo de EE.UU.

Economía

La economía serbia pasa por una profunda crisis en los últimos años, y el Gobierno ha recurrido a recortes de salarios de hasta el 25 % en la administración públicas, mucho mejor pagada que el sector privado, la subida del IVA y la lucha contra la economía sumergida para estabilizar las finanzas y evitar el riesgo de bancarrota.

Elecciones anticipadas

El presidente serbio, Tomislav Nikolic, llamó hoy a elecciones parlamentarias anticipadas para el 16 de marzo después de que el partido dominante, el centroderechista SNS (siglas en inglés del Partido Progresista Serbio), dijera que necesita un mandato más fuerte para acelerar una serie de reformas.

El Gobierno de coalición pidió ayer a Nikolic que disolviera el Parlamento y llamara a elecciones, menos de dos años después de los últimos comicios en el país balcánico.

El SNS, el bloque más fuerte de la alianza gobernante, tiene una fuerte ventaja de cara a las elecciones de acuerdo a los sondeos, lo que da al líder del partido, Aleksandar Vucic, el favoritismo para ocupar el cargo de primer ministro, actualmente en manos del socialista Ivica Dacic.

Los valores de la república francesa

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Protestas en Francia en contra de Manuel Valls por la expulsión de la alumna gitana // Afp

Tras días de silencio y polémica, el sábado pasado el presidente francés, François Hollande, se pronunció sobre la deportación de la familia Dibrani, gitanos de la minoría romaní que residían en Francia de manera ilegal. La acción emprendida por su gobierno a principios de Octubre desató las críticas -más por la manera en que ocurrió que por la expulsión en si- y las palabras de Hollande no han hecho más que atizar el fuego. 

Después de denegar el permiso de asilo que la familia había pedido, el Ministerio del Interior, con Manuel Valls en cabeza, ordenó a la policía encargarse de devolver a los Dibrani de vuelta Kosovo. Primero fue el padre, el 8 de octubre, y al día siguiente, fueron la madre y los seis hijos. Cuando esto ocurrió todos estaban en casa menos Leonarda, ahora foco de todos los medios de comunicación por su arresto durante una excursión escolar.

Cuando salió a la luz el modo en que Leonarda había sido detenida muchos se indignaron y salieron a las calles a protestar. Rozando la legalidad, que prohíbe una acción policial de este calibre en las escuelas francesas o cerca de éstas, la policía hizo detener el autobús en el que viajaban Leonarda y sus compañeros de clase, que iban de excursión con el colegio. Así, aunque no ocurrió en la escuela sí que pasó durante horario lectivo y ante las miradas de incomprensión de sus amigos y la impotencia y resignación de sus profesores.

Sin embargo, ninguna de las críticas o las protestas, surgidas no sólo de entre sectores de la población sino también desde dentro del propio Parti Socialiste, sirvió para que el ministro del Interior francés, Manuel Valls, rectificara o matizara lo más mínimo de sus palabras. Tampoco lo hizo que centenares de estudiantes tomaran las calles de París y de otras ciudades del país para pedir el regreso de los Dibrani y la dimisión del ministro. Valls, de los políticos más populares hoy en Francia, se ha mantenido firme desde el primer momento y ha puesto en tela de juicio los valores de su partido, que con acciones como ésta recuerda más a la lucha contra la inmigración de Sarkozy que a la supuesta política izquierdista de Hollande.

Lo único que hizo el ministerio fue abrir una investigación para comprobar precisamente la legalidad del proceso de deportación llevado a cabo y, bajo poca sorpresa, esa investigación fugaz afirma que el proceso ocurrió ‘dentro de la ley’ y que en todo caso debería corregirse la legislación e incluir que la policía tampoco debe de actuar en plena actividad escolar, con independencia de si ésta tiene lugar o no dentro de la escuela.

Por si no fuera suficiente lo ocurrido hasta el momento, durante su aparición estelar ante las cámaras, Hollande sugirió que «dadas las circunstancias, si se realiza una solicitud y si quiere continuar sus estudios en Francia, [Leonarda] será bienvenida». La idea del  presidente, de alargar la mano sólo a Leonarda dejando su familia en Kosovo, es tan absurda que cae por su propio peso. Con este gesto, Hollande, sienta un precedente que no gusta a la derecha ni satisface lo suficiente a la izquierda y que complica el debate sobre la inmigración en Francia.

Por último, mientras episodios de este tipo ocurren en la república francesa, segunda potencia europea y tierra de la ‘liberté, egalité et fraternité’, poco a poco y en silencio el partido de ultraderecha Front National va ganando adeptos. Según un sondeo publicado por ‘Le Nouvel Observateur’ el partido obtendría el 24% de los votos en las elecciones europeas, que tendrán lugar esta primavera, y se convertiría en el partido más votado de Francia. Miedo. ¿Dónde quedan los valores?

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com