«El pacto dentro de la zona Euro se basa la confianza. En la crisis del euro, los países del euro del Norte han mostrado su solidaridad con los países en crisis. Como socialdemócrata considero la solidaridad extremadamente importante. Pero quien la exige también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuación pedir ayuda. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo»
Y lo peor no es lo que dice sobre los países del sur, que no deja de ser un topicazo de barra de bar, sino cómo cosifica a la mitad de la población mundial. Para Dijsselbloem las mujeres somos una mercancía. Al nombrarnos como objeto, nos expulsa del sujeto. Las mujeres estamos para este tipo, que se hace clasificar como socialdemócrata, en la categoría de las cosas, junto con el alcohol. ¿No nos vamos de juerga? ¿No nos gastamos el dinero en alcohol? ¿Y en hombres? ¿No pensamos y actuamos? El machismo silencioso del presidente del Eurogrupo es aún más dañino por irreconocido que el del eurodiputado polaco Korwin-Mikke que afirmó que las mujeres somos más débiles y menos inteligentes que los hombres.