Es un lunes cualquiera de septiembre en Atenas. Se levantan, casi al unísono, de un lado los turistas y del otro, la crisis. Hace bastante calor. En el centro, se mezclan quienes van a trabajar, quienes buscan empleo y quienes desesperan, con una bonita marea de turistas calcada a la que vemos cada día en Barcelona, en París o en Praga.
Al norte de la Acrópolis, en el barrio de Exarchia, se despierta también Nassim, un afgano que lleva 14 años en la ciudad y trabaja en la secretaría del Centro Social de Migrantes (CSM). Es una entidad anarquista en un barrio anarquista y la primera en reaccionar a la llegada masiva de sirios, eritreos, iraquíes y afganos de este verano.
“Eran 2.000 personas por día”, cuenta Nassim, para añadir después que el primer campo de refugiados que se organizó en uno de los parques de la ciudad “lo hizo la gente, no el gobierno”. El tránsito de refugiados pasaba de largo por la capital helena: del puerto del Pireo, donde empezaron a llegar los ferries de islas como Lesbos o Kos cuando éstas no pudieron más, a la estación central de tren, desde donde proseguían el viaje. Pero entonces sucedió el corralito, el control de capitales al que el gobierno griego se vio obligado después de que los acreedores se negaran ampliar el programa del segundo rescate. Y la limitación de retirar un máximo de 60€ en efectivo de los cajeros por día obligó a los migrantes a parar más tiempo en Atenas.
El CSM empezó desde ese momento a organizarse para montar un campo de refugiados ante la pasiva mirada del gobierno de Syriza. “No han supuesto un gran cambio”, sentencia Nassim, visiblemente frustrado. Un mes después habían conseguido, con la ayuda de los vecinos, montar un campo digno de los mejores tiempos de la ONU. Tiendas, pasillos organizados, aseos y hasta cocina in situ 3 veces al día. El gobierno por fin despertó e inició el trámite para acoger a las personas que llegaban al Pireo con destino Alemania. Pero sorpresa: el campo era sólo para sirios. Ni afganos ni iraquíes podían entrar. La Unión Europea y el gobierno de Grecia no los consideran víctimas de países en guerra, a tenor de su inexistente mención en el reparto de cuotas. Lee el resto de la entrada »