Seguro que muchos recordaréis a Amina Tyler, la joven tunecina que se unió al grupo feminista FEMEN e hizo estallar la polémica en su país al publicar una foto suya con el torso desnudo en Facebook. Amina, cuyo apellido real es Sbui, decidió abandonar FEMEN a finales del verano pasado al considerarla una organización «islamófoba» y sus actos «contraproducentes» en su país, tal como aseguró en una entrevista concedida a HuffPost Magreb.
Sbui, que tiempo atrás alertaba de una posible «dictadura religiosa» en Túnez, parece haberse calmado ahora que las aguas han hecho lo propio en el país magrebí, donde recientemente ha vencido el laicismo. Para Amina, FEMEN representaba una oportunidad, un medio para dar visibilidad al feminismo y la igualdad de derechos en un momento en que el grupo feminista aparecía en todas las portadas usando sus pechos como lienzo de protesta. Ella misma ha posado en reiteradas ocasiones con el pecho descubierto y continúa haciéndolo en la actualidad. El problema que ve en FEMEN no es que sus activistas enseñen los pechos -como muchas voces han (mal)interpretado-, sino que falten al respeto a los musulmanes y a la religión islámica en su conjunto. La activista ha llegado a poner en duda incluso el origen de los fondos de la organización, el cual desconoce: «¿Y si es Israel quien lo financia?», señalaba en la mencionada entrevista.