En poco más de un mes, se ha apagado la llama de la primavera egipcia. El 3 de julio, los militares hicieron un golpe de Estado al primer gobierno salido de las urnas en décadas, liderado por los Hermanos Musulmanes, y suspendieron la Constitución. En la última semana, los mismos militares, han perpetrado una de las masacres más sangrientas, matando cerca de mil opositores, encarcelando los principales líderes de los Hermanos Musulmanes y decretando el estado de emergencia. Todo esto ocurre con el silencio de la administración Obama.