Tú, mujer, si en vez de haber nacido en Europa hubieras nacido en Tanzania o en Kenia, vivirías un horror durante “esos días” del mes. Tus compañeros en el colegio te humillarían, perderías miles de clases esa semana y te apañarías con barro, cortezas de árboles, hojas, papeles o trapos durante tu regla.
La menstruación es un tema tabú en numerosos países de África. El sangrado es visto como algo impuro y malo. En Kenia, tal y como apunta el Instituto de Investigación Médica del país (Kenya Medical Research Institute), los centros escolares para niñas pueden llegar a no impartir hasta 500.000 clases al año, debido a que las muchachas no saben cómo afrontar sus reglas en la escuela.
La clave de todo ello es la educación, la enseñanza entorno el período es muy pobre. La mayoría de niñas desconocen completamente qué es su regla hasta que llega, y naturalmente se asustan. Femme International es una de las pocas organizaciones que trabaja en defensa de la salud, y centra sus esfuerzos en la higiene menstrual en el este de África. La ONG promueve los derechos de las mujeres y las niñas a través de programas sobre menstruación, salud sexual y higiene femenina para lograr la igualdad de género.
Las niñas, tal y como explica Femme International, no asisten a clase durante sus períodos y si lo hacen, no quieren sentarse. Algunas incluso abandonan totalmente la escuela cuando alcanza la pubertad, nos explica Sabrina Rubli, directora de la ONG. En las escuelas de países como Kenia o Tanzania las jóvenes no pueden lavarse porque no hay baños adecuados. Y si estos son compartidos, reciben los insultos y humillaciones de sus compañeros.
Sabrina Rubli y Ella Marinic’s fundaron la organización canadiense en 2013 tras comprobar la discriminación que sufren las niñas durante su regla. Desde entonces han realizado una serie de talleres interactivos sobre salud reproductiva, anatomía, ciclo menstrual y higiene. “El objetivo de estos talleres es crear un espacio seguro para las muchachas dónde pueden hablar, y hacer esas preguntas sobre sus cuerpos que no se atreven a preguntar en otro lugar”, explica Sabrina. “Estamos normalizando el sujeto a través de la conversación”, añade. Una vez que las muchachas han completado los talleres, reciben su “Kit de Mujeres” (compuesto de una copa menstrual, una toalla pequeña y una pastilla de jabón, entre otros elementos).
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