Quinto post de diario en Atenas
“Todos los que estamos aquí hemos hecho la guerra”, me confesó un refugiado sirio de treinta años en Atenas. Me contó que en su caso luchó contra el régimen de Bachar al Asad y que su sueño es volver a Siria. “Estamos esperando que se acabe el Estado Islámico para volver y derrotar el régimen. Contra los dos a la vez no podemos”, resaltó el joven, que ansia que “haya libertad y paz” en su país.
La verdad es que la voluntad de muchos de los sirios que están en Europa es volver algún día a su país, pero la situación de conflicto, la guerra, la persecución les han impulsado a desafiar el desierto, el mar Mediterráneo para llegar al supuesto continente de los derechos humanos.
Los jóvenes, hombres, es uno de los grupos más vulnerables entre los refugiados. No es de extrañar ver chicos entre 16 y 30 años solos. En el caso de las mujeres de su edad, normalmente, van acompañadas de sus hijos o maridos, por lo que tienen un soporte emocional. En cambio, estos jóvenes están solos y viajan con la intención de encontrar dinero para sus familiares que se han quedado en Siria o son la avanzadilla antes que vengan sus seres queridos.
Cuando llegan a Europa la situación es más dura de lo que se esperaban. No les dejan salir de Grecia donde los refugiados no se quieren quedar porqué no hay trabajo. “Si no hay trabajo para ellos como va haber para mí”, relató a este blog Daas Alkhatib, de Damasco.