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Setenta años de tensión entre la India y Pakistán

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Policias desfilan en la parte india d Cachemira / Faroq Khan

Setenta años de una partición que lejos de llevar paz, ha traído conflicto. Así es y así sucedió la división de la colonia británica que dio lugar a la India y el Pakistán, que este mes ambos países celebraron su nacimiento.

Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico decidió dar la independencia a su más preciada colonia: la India. Ahora bien, en este enorme país vivía hindúes, musulmanes y sijs. Así que el criterio fue partir el país en dos: uno para los musulmanes, Pakistán, y el otro para los hindúes y sijs, la India.

Para llevar a cabo esta misión, el Reino Unido eligió al abogado Cyril Radcliff, que nunca había estado en la India. Tan solo le dieron cinco semanas y años más tardes, el mismo reconoció que ese tiempo fue insuficiente.

Si bien al principio hubo una explosión de euforia entre los dos países, la división no dejó satisfecho ni a unos ni a otros y a las pocas semanas empezaron unas disputas que hoy en día aún continúan en Cachemira un territorio que cada uno reclama como suyo.

Pero volviendo al 1947, el líder nacionalista indio Jawaharlal Nehru era contraria a que se dividiera el país. Por otro lado, el líder musulmán y primer gobernador de Pakistán, Ali Jinnah, cuando conoció las fronteras se mostró disconforme. Eso se debe a que Radcliff dividió Pakistán entre el oeste y el este. Entre los dos territorios había 2.000 kilómetros de sueldo indio.

La primera repercusión que contrajo esta nueva frontera es un enorme flujo migratorio. Los musulmanes que vivían en suelo indio, se fueron hacia Pakistán, y los hindúes o siejs que vivían en territorio pakistaní cruzaron la frontera hacia la India. Todo ello, conllevó un movimiento de más de doce millones de personas, uno de los más grandes de la historia. Además, esta división desencadenó una violencia intereligiosa que dejó entre medio millón y un millón de personas asesinadas, así como miles de mujeres raptadas o violadas.

Estas no son las únicas controversias de la partición, en 1971 en Pakistán del este se inició una guerra por la independencia, ya que se sentían discriminados política y lingüísticamente, puesto que en esta zona hablan bengalí y en Pakistán el urdú. Tras un conflicto sangriento, Pakistán del este obtuvo su independencia y actualmente es Bangladesh, uno de los países más pobres del continente asiático.

Afganistán

Pero otro de los focos de conflictos fue en Afganistán, el único territorio que los británicos no lograron someter. Aunque en Afganistán eran y son musulmanes como en Pakistán, los pastunes, un grupo mayoritario en los dos lados de la frontera, abogaban por la unificación de los dos países. Es decir, la creación del gran Pakistán.

Por ello, el gobierno de Jinnah temía que Afganistán jugara la moneda del lado pro indio. Eso abrió la puerta a otro conflicto en la región, que tuvo su clímax en 1979. En ese entonces, la URSS invadió Afganistán e India se puso del lado del gobierno soviético, mientras que Pakistán del estadounidense.

Cachemira

Pero sin duda el mayor conflicto que ha dejado la partición de la antigua colonia británica es la guerra en Cachemira, una región que tanto la India como Pakistán reclaman como propia y se encuentra en la zona fronteriza entre los dos países. Esta región, situada en la ladera del Himalaya y con 13 millones de habitantes, la mayoría de su población es musulmana. Ahora bien, su marajá, la principal autoridad del Estado, es hindú. Con la separación de los dos países, esto conllevó a una revuelta interna, por lo que el majará decidió pedir ayuda a la India. Nueva Delhi se la ofreció, pero con la condición de que pasara a formar parte de su país.

Pero en este longevo conflicto, también entró un tercer actor en disputa: China, que ocupó la región nororiental en 1962. Esta parte de Cachemira la reclamaban tanto Nueva Dehli como Pekín, pero tras una guerra rápida, el ejército chino venció a las tropas indias y se hizo con este territorio.

Actualmente, Cachemira es un país que está fraccionado en tres partes: la región noroccidental, bajo el control de Pakistán; la nororiental, de China; y la zona central y meridional, de la India. Además, en el mismo territorio hay facciones que reclaman la independencia de Cachemira.

Todo ello arrastra un conflicto en constante ebullición y en el que no parece que haya ninguna posibilidad de reconciliación.

Potencias nucleares

Pese a ser países vecinos, Nueva Delhi e Islamabad se dan la espalda el uno al otro. De hecho, prácticamente, no existen ninguna conexión entre ellos, ni tan siquiera aérea.

Pero sin duda, aparte de la mala vecindad, y del estado de tensión permanente, esta situación se agrava porque los dos países tienen armas nucleares. El primer en lograr este mortífero armamento fue India, que realizó su primera prueba en 1974. Ahora bien, Pakistán también tiene este potencial armamentístico desde 1998 y actualmente es más grande que el de su vecino. En concreto, cuenta con entre 90 y 110 ojivas nucleares, mientras que la India ronda entre las 60 y 80.

Además, en India, un país con 1.300 millones de habitantes, solo uno de cada siete nacionales es hindú. Y la población musulmana empieza a equipararse con la hindú. De hecho, según apunta la cadena británica BBC, un estudio sugiere que en 2050, India superará a Indonesia, el país con más musulmanes del mundo.

Setenta años de tensiones, que parecen lejos de que se vislumbre un rayo de paz. Para ello se debería propiciar un diálogo interreligioso, pero parece que ninguna de las partes está por la labor.

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