Edificios destruidos por las bombas en la ciudad siria de Alepo. (EFE)
Un año más de conflicto, un año menos de vida. La guerra de Siria ha reducido en cinco años la esperanza de vida de sus habitantes, según los resultados publicados en la revista médica The Lancet hace unos días. Este dato se suma a otros desoladores: desde el inicio de la guerra se han producido 373 ataques a 265 instalaciones médicas y han muerto 750 profesionales sanitarios, según datos recogidos por Physicians for Human Rights (PHR).
Hace unos días se volvía viral la imagen del joven Omran, un pequeño que nació coincidiendo con el inicio del conflicto en su país, sentado en una ambulancia tras ser evacuado después de un bombardeo en los barrios rebeldes de Alepo. Omran, cubierto de polvo y ensangrentado, permanece prácticamente inmóvil, sentado, observando su cuerpo. Menos conocida es la organización White Helmets (Cascos Blancos), cuya misión es sacar de entre las runas gente enterrada por edificios destruídos por el alud de bombas, barriles explosivos y mísiles.
“En un lugar donde los servicios públicos ya no funcionan, estos voluntarios desarmados arriesgan sus vidas por ayudar a cualquier persona que lo necesite, más allá de su religión o ideología”, se autodescriben en su página web. Según datos proporcionados por esta organización civil, han salvado más de 60.000 vidas y 130 de sus voluntarios han muerto durante el conflicto.
Uno de ellos era Jaled Omar Harrah, voluntario asesinado durante una operación de rescate en la ciudad siria de Alepo que se había convertido en una de las caras conocidas de la organización por ser el rescatista de Mahmud, un bebé rescatado con vida tras 14 horas de excavación.
Mujeres heroínas
En octubre de 2014 dos equipos de mujeres se formaron en el si de la organización. Son 78 mujeres formadas para ofrecer asistencia médica y realizar acciones de búsqueda y rescate de víctimas. Su incorporación ha sido crucial puesto que en las comunidades más conservadoras del país no está aceptado que sean hombres quienes rescaten mujeres y niñas.
La organización es una de las candidatas para el Premio Nobel de la Paz, que se otorgará en octubre. Por el momento la candidatura ha recibido a través de su página web el apoyo de más de 40.000 personas.