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Bruselas no está en Gaza, ni se la espera

Nombres de los 287 niños muertos hasta ahora en Gaza / Twitter

Nombres de los 287 niños muertos hasta ahora en Gaza / Twitter

Para que una noticia tenga lugar, debe producirse. Esto, que parece de cajón, no siempre es así. Los últimos titulares desde Bruselas van de «EE UU y la Unión Europea endurecen las sanciones a Rusia» a «España se convierte en la séptima economía más endeudada de la UE». Pero ni uno sobre la Franja de Gaza. El enmudecimiento de la UE, parapetado en la tensión ucrania y la eterna crisis económica, es tan ensordecedor que se convierte en noticia.

Tampoco es que Bruselas haya ignorado por completo la situación en Oriente Medio. Parlamento, Comisión y Consejo han manifestado lo horrorizados que están y han pedido el alto al fuego con mayor o menor dureza verbal. Pero el tono de voz es tan débil que nadie los ha oído. Y lo que es peor, nadie les ha hecho ni caso.

La Eurocámara fue la primera en debatir, el 16 de julio, cuatro días después del inicio de la ofensiva, la violencia en Gaza. Pero miren si les parecía crucial el tema, que la discusión compartía espacio con otra, «la insurgencia en Iraq». Con tanto tiempo para hablar, el mismo día el pleno sacó un documento de tres páginas con sus conclusiones. El conflicto está causando «pérdidas trágicas y un sufrimiento inaceptable de la población civil en las dos partes». Se limitaba a apoyar las resoluciones de la ONU manifestando su «seria preocupación» por la crisis en Gaza y a recordar que sólo Israel aceptó el alto el fuego propuesto por Egipto el 14 de julio. Pero, ¿cuál fue la primera petición del Parlamento? Que cesen los «ataques con cohetes» de Hamas a Israel. Sólo después pide el fin a la «acción militar» de Israel contra Gaza, que ya se ha cobrado más de 1.200 vidas, el 75% de ellas civiles. Hamas ha matado a 56 israelíes, de los que tres eran civiles.

El siguiente en «alzar» la voz fue el Consejo de la UE, la reunión de los ministros de Exteriores de los Veintiocho. La declaración, esta vez de una página -exactamente, cuatro párrafos-, expresa que los líderes están «muy preocupados por la escalada en Gaza, incluida la reanudación del lanzamiento de cohetes contra Israel y la operación en tierra israelí». Primero los terroristas. Los encargados de exteriores también se felicitaban por las pausas humanitarias, lamentando que no lleven a un cese de la violencia definitivo. ¿Se han planteado que la inacción internacional explica parte del fracaso?

El breve documento, carente de fuerza política, se difundió el 18 de julio, casi una semana después de que empezara la Operación Margen Protector. En él se hacía urgente el establecimiento de un cese de la violencia definitivo, pero hasta una semana más tarde, el 25 de julio, no hubo una segunda declaración. ¿Qué entiende la UE por urgencia, entonces?

El segundo documento, que consta también de cuatro párrafos, es por primera vez, más duro y exigente con Israel, porque ha traspasado otra línea roja: destruir premisas de la ONU. Los líderes de Exteriores pasan de estar «muy» preocupados a estarlo «extremadamente». Los cohetes de Hamas no aparecen hasta el último párrafo y se menciona antes el «aumento deplorable de víctimas civiles, con más de 190 niños entre ellas». Hacen hincapié en la muerte de 16 palestinos que se refugiaban en la escuela Beit Hanoun de la ONU, bombardeada por Israel y llaman a investigar el «incidente». Es la cuarta vez que se ataca una escuela de Naciones Unidas. Los ministros piden a las dos partes que respeten la inviolabilidad de las dependencias de la ONU. Es la primera ocasión en la que la UE culpa antes a Israel que a Hamas, afeándole que sus operaciones militares no han sido proporcionadas y deben estar en línea con la ley humanitaria internacional.

Desde la Comisión Europea, la respuesta a la situación del conflicto ha sido más humanitaria que política. Bruselas ha decidido aumentar en 5 millones de euros la ayuda a las operaciones de rescate en Gaza, donde la crisis humanitaria «es más dramática cada día». El dinero servirá para distribuir agua potable, servicios médicos, kits de emergencia para la higiene, comida y muebles básicos. La comisaria de Cooperación Internacional, Kristalina Georgieva, se manifestaba «horrorizada» por la pérdida de vidas civiles en Gaza el pasado día 25. La búlgara estima «excesivo» que «hospitales y escuelas donde se encuentran niños aterrorizados, mujeres, enfermos y personas mayores refugiándose, se conviertan en objetivos militares». Mención aparte para que se siga especificando mujeres junto a niños, como si también fuéramos menos de edad o inválidas, como los enfermos o las personas mayores (¿será que los hombres adultos son héroes inmortales?)

Las palabras pueden ser fuertes. Pero no son suficientes. Mientras se redacta esta noticia, Israel acaba de bombardear la quinta escuela de la ONU en Gaza, la de Jabaliya. Ya son 20 muertos y la ONU informa de que le dio las coordenadas de la escuela al ejército israelí en 17 ocasiones. Si hay sanciones contra Rusia, ¿por qué no contra Israel? ¿Cuántas instalaciones de Naciones Unidas tiene que destruir para que la UE vuelva a elevar el tono y tome acciones más allá de las diplomáticas declaraciones? Me temo que la pregunta no tiene respuesta.

ESPERANZA ESCRIBANO

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