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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

30 y 7

saqueos“Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”, dijo Cicerón. No sabía, en aquella época, cuánta razón tenía. A 30 años de la vuelta de la democracia, parece que los argentinos hemos olvidado nuestra historia reciente, como en 2001: otra vez diciembre, otra vez saqueos y, aunque el contexto histórico sea totalmente distinto, otra vez las víctimas: siete muertos y miles de damnificados.

En Argentina varias ciudades fueron escenario de una catástrofe: comercios cerrados, escuelas suspendidas, policía ausente, todo un estado de emergencia. ¿Qué pasó? ¿Hubo un terremoto? ¿Tsunami? ¿Vientos huracanados? No, saqueos.

Todo empezó cuando la policía de la provincia de Córdoba, el corazón del territorio nacional, decidió hacer un paro para exigir un aumento de sus bajos salarios: entre 200 y 500 dólares de básico, según la fuente. Los policías se encerraron, llamaron a la huelga y durante 24 horas la ciudad estuvo tomada por hordas de salvajes – perdón por el término, pero no me queda otra – que saqueaban supermercados y casas de electrodomésticos.

Vecinos cordobeses defendiendo su calle con palos y armas de los saqueadores

Vecinos cordobeses defendiendo su calle con palos y armas de los saqueadores

Más allá de la pena que genera ver gente haciendo tanto mal, da vergüenza ver como los dirigentes políticos se pasan la pelota. La primera reacción del jefe de Gabinete argentino fue decir que la Seguridad era competencia de cada provincia – Córdoba es una provincia opositora -, y que por tal no correspondía al Estado mandar a su policía de frontera, la Gendarmería. Vergonzoso.

Más tarde se retractaría y daría paso al envío de 2.000 gendarmes que lucharían contra el crimen durante el atrincheramiento policial. Tarde. Porque para entonces ya se había encendido una mecha que desembocó en la situación de hoy:

Protesta policial en 17 provincias, saqueos en muchas de ellas, hasta en pequeños pueblos, siete víctimas fatales, seis buses que proveían transporte público quemados en Mar del Plata, robo a los hospitales en Tucumán y destrozos por millones de pesos, cuyos damnificados son principalmente pequeños comerciantes de clase media.

https://www.youtube.com/watch?v=zdAkHfClX7U

Ahora surgen dos interrogantes: 1. ¿Cómo es posible que un país “estable” pase de la noche a la mañana – literal – a ser un completo caos? 2. ¿Qué pasaría si este conflicto toca la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, hogar de más casi un tercio de la población del país?

La primera, como cualquier problema social, es multicausal y tiene que ver con la altísima inflación que se come los salarios de la gente en Argentina, generando una incertidumbre generalizada, con los altos índices de inseguridad que muestran que hay toda una red delictiva en el país, con el mes de diciembre que históricamente es conflictivo en el país y con los 900.000 ni-nís, es decir casi un millón de jóvenes de todo el país que no estudian ni trabajan, según estadísticas de la Cepal y la OEI, semillero para los “punteros” políticos que movilizan masas con absoluta facilidad para cualquier evento político. Ya sea para llenar una plaza o para saquear un negocio de electrodomésticos.

Y la segunda, no puedo contestarla. Esperemos que nunca lo sepamos y que esto termine cuanto antes, por el bien de todos.

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