Después de vivir una salida acelerada de la crisis, el segundo país con más población en el mundo – 1.241.492.000 habitantes – vive una desaceleración de su economía que sin dudas repercutirá en las elecciones de mayo de 2014. Cómo esta potencia emergente se ve afectada por un crecimiento cada vez más bajo, alta inflación y un crecimiento poblacional que se come la reducción de la pobreza extrema y qué piensan hacer los candidatos a Primer Ministro de 2014 para revertirlo.
Antes que nada, es importante entender que la economía india no es como cualquiera, ya que se trata de un país que contiene alrededor del 17% de la población mundial, con una edad media poblacional de 26,7 años, es decir muy joven. Para absorber este enorme mercado laboral se precisa una tasa de crecimiento anual de entre el 7% y el 8%.
El índice de crecimiento alcanzó en 2010 la cifra récord del 10,5% (Banco Mundial). Sin embargo, en 2011 bajó al 6,3 (Banco Mundial) y en 2012 se redujo hasta el 5,2 (BBVA Research). Además, la inflación alcanzó el 10,1 por cien en 2012 y de nuevo, las expectativas apuntan a un dato peor para 2013.
Todo esto significa que el ritmo de reducción de la pobreza extrema durante los últimos 10 años (unos 200 millones de pobres han abandonado esa categoría), se ha visto prácticamente neutralizada por las altas tasas de natalidad.
Es por eso que a pesar del crecimiento de los últimos años, la población no ha experimentado una mejora en su calidad de vida. Y por supuesto, esto influye sobre quién será el reemplazante en 2014 del actual Primer Ministro, Manmohan Singh.
En uno de los países con mayor diversidad étnica del mundo, en el que todavía pesa la sombra del sistema de castas, es difícil describir un escenario simple. Sin embargo, Nicolás de Pedro, investigador de Cidob, habla de dos principales candidatos: Narendra Modi (BJP) y Rahul Gandhi (partido del Congreso). También sostiene, como era de esperarse, que estas elecciones serán en clave económica.
Modi se postula como el Ronald Reagan o la Margaret Thatcher indios. Es popular por su experiencia en Gujarat, un estado tradicionalmente rico y con vocación comercial que ha crecido 10% de media en la última década. Propone la liberalización del país y la entrada de diversas empresas extranjeras.
«Por el contrario, Rahul Gandhi ofrece un mensaje (y un historial) menos consistente y parece apostar por la línea tradicional del partido del Congreso caracterizada por el intervencionismo del Gobierno y los grandes programas de subsidios públicos«, explica de Pedro.
«Gandhi centra sus mensajes en la creciente brecha “entre dos Indias”, una cuestión acuciante y difícilmente soslayable en un país en el que 900 millones de personas siguen viviendo con menos de dos dólares al día y en el que casi un 70 por cien de la población sigue siendo rural», continúa.
Rahul Ghandi pertence a la dinastía heredera de Nehru, líder del primer gobierno indio en julio de 1946, es decir es heredero de la imagen de un prócer nacional, sumado a que su partido, el del Congreso, ha sido sistemáticamente una especie de máquina de ganar elecciones en el país.
Sin embargo, figura como un líder con pocas definiciones políticas. Esto ha decepcionado, sobre todo frente al carisma de Modi, que tiene múltiples contactos con Bollywood y apuesta por mecanismos novedosos para hacer campaña, que van desde el merchandising al uso de hologramas con su figura en 3D para participar simultáneamente en diferentes mítines.
Populismo de izquierda o de derecha, la aplanadora Modi contra el elefante Ghandi. La carrera ya empezó, faltarán todavía meses para ver cómo se definen las cosas en una región tan diversa, acuciada por los problemas económicos y enfrentada entre una India global y moderna contra otra que defiende los valores tradicionalistas. Seguiremos a la espera.
*Este artículo fue realizado en base a los estudios de Nicolás de Pedro, investigador de CIDOB.