Cuantas veces no nos hemos cambiado de compañía para que nos regalaran un móvil, pero alguna vez te has preguntado cuánto cuesta realmente tu teléfono. Pues cuesta vidas humanas, muchas de ellas en el Congo.
Hace calor, estamos en medio del trópico, en la selva, donde personas trabajan, prácticamente, como esclavos extrayendo coltán de las entrañas de la tierra. Estamos en el Congo, donde pese ser el segundo país más pobre del mundo según el índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es de los más ricos en recursos minerales y materias primas.
El pecado del Congo es ser un paraíso repleto de recursos naturales
El Congo es el claro ejemplo de un país que podría ser rico, pero que por sus riquezas está sometido en un longevo conflicto, que parece no tener final, donde las guerrillas están financiadas por empresas extranjeras que compran los minerales del país sin importar el precio ni el coste que tiene adquirirlos. Así pues, el pecado del Congo es ser el Edén.
A menudo, los países más ricos son los más pobres porque viven la presión de la explotación de potencias y empresas extranjeras que quieren extraer sus riquezas al menor coste posible para obtener el máximo de beneficios. Esto genera situaciones de violencia, de violación de derechos humanos y de trabajos forzados. Aunque ambientada en Sierra Leona, la película “Diamantes de sangre” explica muy bien cómo los minerales sirven para perpetuar estas guerras de guerrillas y situaciones inhumanas para los trabajadores.
Pero si la cuestión de los diamantes, el oro o el petróleo es visible y conocida, la del coltán no. Este mineral sirve para producir las baterías de los móviles, ordenadores o productos electrónicos diversos. El coltán es escaso en el mundo y el 80% de sus reservas se encuentran en el Congo, el 10% en Brasil, el 5% en Sierra Leona y el 5% restante en otras partes del planeta.
Hombres trabajando en las minas del coltán
Este mineral ha sido uno de los recursos básicos para sustentar la Segunda Guerra del Congo, conocida también como la Gran Guerra Africana o la Guerra del Coltán. Esta contienda, que involucró potencias extranjeras y países vecinos como Ruanda, empezó en 1998 y terminó formalmente en 2003, pero la realidad es que aún hay grupos guerrilleros en este país que siguen utilizando la violencia y financiándose con este mineral. Desde que inicio la guerra del Congo hasta la actualidad, se calcula que en ese país han muerto cerca de seis millones de personas y más de 300.000 mujeres han sido violadas.
Además, en el caso de la guerra del Congo muchos niños han sido reclutados a la fuerza para combatir con el ejército o grupos guerrilleros. Se calcula que alrededor de 2.000 niños y niñas realizan alguna actividad involucrada en algún grupo armado, desde el combate al transporte de armas. Niños a los que les han robado su infancia.
El documental “Sangre en tu móvil” (Blood in your Cell phone, en inglés) cuenta el precio real qué tiene tu móvil, las vidas humanas que cuesta. La verdad es que para que en Europa y Estados Unidos podamos mantener nuestro ritmo de consumo, quiere decir que en otras partes del mundo las personas viven en situaciones infrahumanas y explotadas como en las maquilas asiáticas o en longevos conflictos africanos. Ahora, cuando te cambies de compañía telefónica, espero que no veas que el móvil te ha salido gratis, sino que está manchado de sangre.
Núria Segura Insa
Twitter: Nuriasein
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