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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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¡Viva el periodismo libre!

Cartel-documental-Heraldo-Madrid-Viva_EDIIMA20150409_1038_5A partir del día 30 de marzo del año pasado se puso a la venta una edición especial del Heraldo de Madrid realizada por diez medios: Fronterad, eldiario.es, Infolibre, La Marea, FIATlux, Materia, Alternativas Económicas, Jot Down, Líbero y Mongolia. Setenta y cinco años después de su incautación, los nuevos medios españoles rendían un homenaje al Heraldo de Madrid con un ejemplar único.

Ahora, se presenta «Heraldo de Madrid ¡Viva el periodismo libre!, un documental dirigido por Gill Toll, donde se explica cómo se gestionó la salida del ejemplar del Heraldo y se habla del nuevo periodismo que ha surgido en España en los últimos años.

Jesús Maraña, de Infolibre, Magda Bandera, de La Marea, Pere Rusiñol, de Alternativas Económicas y Mongolia, quien fue uno de los impulsores del homenaje al Heraldo de Madrid, e Ignacio Escolar, director de eldiario.es, son algunas de las voces que se suman para recuperar el espíritu de un medio de los años 30 que, entre otras cosas, propone colaborar en lugar de competir y recuerda la importancia que el periodismo sigue teniendo en la sociedad.

El documental se puede ver en Vimeo. El alquiler por tres días cuesta 1,99 euros y comprarlo 5,2 euros.

Eva Belmonte: «Los medios deberían rendir cuentas como la Administración»

Foto: Fernando Sánchez
Foto: Fernando Sánchez

 

Eva Belmonte (Elche, 1982) es responsable de proyectos de la Fundación Civio y autora del blog «El BOE nuestro de cada día«. De lunes a sábado, a las 7,30 de la mañana, todavía con el primer café en la mano, comienza a leer el Boletín Oficial del Estado. De media, la lectura le ocupa las tres o cuatro primeras horas del día. “Si llega la hora de comer, se trata de un BOE complicado”. Después de leerlo, algunos días publica tres entradas en el blog. Otros días, no sale nada. “Soy muy tiquismiquis con publicar temas si no son verdaderamente importantes. Cuando tengo dudas, prefiero no sacarlo. Intento ser cautelosa y no inflar las cosas”.

¿Cómo surgió El BOE nuestro de cada día?

En octubre de 2012, en el tercer ERE, salí de El Mundo.es, donde había trabajado ocho años. Me quedé en la calle y decidí, sobre todo por salud mental, que no quería dejar de contar historias. Busqué empleo sin mucho éxito y, como me gusta el periodismo político, pero no el de declaraciones de unos y otros, pensé que lo podía hacer sacando noticias del BOE. Empecé el blog, pensando, ignorante de mí, que el BOE era una cosa acotada y pequeña que podía controlar yo sola desde mi casa. Luego me di cuenta de que era mucho más complejo. He tenido que aprender mucho porque con el BOE vigilas a un país entero.

Gracias al blog, comencé a colaborar con medios como La Marea. En enero de 2013, me llamaron de Civio porque entendieron que encajaba perfectamente con su objetivo de explicar cómo funcionan las cosas de la Administración Pública.

¿El objetivo de Civio es controlar a la Administración?

Sobre todo exigir que se rindan cuentas. Por un lado, se trata de explicar cuestiones complejas de la Administración y traducir datos públicos. Por otra parte, exigir que haya más datos públicos y que la Administración responda a las preguntas que se le formulan. Los datos públicos son de todos y los pagamos entre todos. Al fin y al cabo, ellos trabajan para nosotros y no al revés. Tenemos derecho a saber con quién se reúnen los altos cargos, conocer los informes previos para elaborar una ley y no solo los aspectos económicos, que ahora tanto importan porque tenemos el bolsillo agujereado. Lo más importante es, por ejemplo, con quién se reúnen y qué informes tienen para reformar el mercado eléctrico, porque eso supone miles de millones de euros.

¿Cómo se financian los proyectos de Civio?

Hay tres vías. Una es el crowfunding, no solo por la aportación económica, que viene muy bien. En la primera fase de un proyecto, además, sirve para saber si resulta interesante para otros porque hay gente que está dispuesta a apoyarlo. No hay subvenciones para lo que nosotros hacemos porque no figura entre las prioridades de la Administración. Los premios internacionales también suponen una fuente de financiación. Y la consultoría, por supuesto.

Se habla mucho de periodismo de datos, pero me da la impresión de que en España no se emplea mucho.

Hay más gente hablando de periodismo de datos en cursos y conferencias que ejerciendo. Está de moda, pero es lo que se ha hecho siempre. Los periodistas económicos llevan muchos años leyendo las cuentas de empresas. Pero cuando se habla de periodismo de datos se piensa en grandes bases de datos y en la visualización de los resultados. En la Facultad se llamaba periodismo de precisión. La mayor diferencia es que ahora tenemos tecnología y antes no había.

¿Qué grado de transparencia tienen los medios de comunicación españoles?

Las subvenciones siempre se publican en algún sitio. El problema es la publicidad institucional, que suele ir por la puerta de atrás y no se publica cómo se reparte. Por eso es muy difícil saber si el reparto es justo y si se ha producido en función de la audiencia, porque en las cuentas de los medios no aparece desglosados los ingresos por publicidad institucional. En mi opinión, los medios deberían rendir cuentas como si fueran una parte más de la Administración. Los nuevos medios han aprendido esa lección. Algunos ya están publicando sus cuentas. Lo que dicen los periódicos ya no es sagrado y nadie va a pagar porque sí. Los nuevos medios saben que, para que la gente compre el periódico o se suscriba, deben enseñar las cuentas. Los medios más añejos no lo entienden todavía.

¿Qué es lo que menos te gusta de la prensa?

Dedicamos el 80% del esfuerzo a reflejar lo que ha dicho uno y otro, a replicar teletipos y a contar las mismas historias. En muy pocas ocasiones se invierte tiempo para hacer temas en profundidad por los que yo sí que estaría dispuesta a pagar. Cuarenta medios dirán que la oposición critica una ley, pero nadie se para a leerla. Perdemos mucho tiempo queriendo ser los más rápidos en la “ultima hora”, pero hemos olvidado la labor didáctica de explicar cosas complejas. Se fomenta a columnistas y tertulianos, porque resulta más barato, pero nadie explica nada. El periodismo de datos, igual que el periodismo de investigación y que cualquier periodismo que se quiera hacer con calma y en profundidad, es más caro que opinar o replicar lo que ha dicho otro.

¿Nos ha tocado vivir un mal momento para el periodismo?

Soy muy optimista. En mi opinión, es un excelente momento. Se están produciendo muchos cambios. Solo con la aparición de las nuevas cabeceras digitales o medios como El BOE nuestro de cada día, que hago yo sola en mi casa y que nunca había pensado que pudiera tener tanta repercusión, se muestra que no se necesita una cabecera grande para llegar a la gente. Es un momento de oportunidad y de cambio.  Hace unos años, quién iba a pensar que una chica que tiene un blog en su casa podía salir citada como  fuente en un periódico .

Las cabeceras nuevas se citan entre ellas. Hay mucho más compañerismo. En los nuevos medios hay un sentimiento que si tú has hecho esto y lo has hecho bien, para qué voy a volver a hacerlo yo. Para eso es  mejor citar o republicar.

¿Qué compensaciones te aporta el blog?

Disfrutó mucho explicando cosas como la reforma del sector eléctrico. Hemos tenido pequeños logros. El último:  la Comunidad de Madrid ha cambiado unos pliegos de un concurso de publicidad institucional porque eran ilegales.

Gallardón creó en el Ministerio un archivo con la afiliación sindical de los funcionarios que no tenía ningún sentido. Lo denunciamos y lo corrigieron. Son pequeños resultados, pero te animan porque te das cuenta de que merece la pena seguir trabajando.