Ferrari está sufriendo este año evidentes problemas de rendimiento, como hemos comprobado en la mayoría de circuitos. Se ha achacado muchas veces a defectos de fábrica o errores de diseño de difícil solución. Hasta ahora se había señalado al motor eléctrico o a la aerodinámica como puntos críticos, pero el fallo podría estar en la suspensión trasera.
Y lo ha revelado el piloto de Haas Romain Grosjean, que como sabéis conduce un monoplaza muy similar al Ferrari debido a que se trata del equipo filial de Maranello. Es más, el Ferrari SF1000 utiliza la misma suspensión trasera que el Haas, y ese es justo el elemento que ha puesto Grosjean en el centro de la diana:
«Estamos luchando contra el sobrecalentamiento de la suspensión trasera, que hace que de una vuelta a otra podamos perder hasta un 4% del equilibrio aerodinámico. En cada vuelta la suspensión trasera se calienta y la altura de conducción trasera cambia (rake). El coche no es el mismo de una vuelta a otra. No tenemos ni idea de porqué. Hemos tenido el problema todo el año»
Guenther Steiner, director de Haas, también confirmó que existe ese problema:
«Hemos probado distintas formas de refrigerar la suspensión, pero ninguna ha funcionado. El problema lo arrastrábamos desde principios de temporada y no ha sido fácil de identificar»
Lo que se extrae de las revelaciones del equipo Haas es que el monoplaza es muy poco estable en la pista y obliga al piloto a adaptarse a distintas formas de conducción continuamente.
PD. Eso explicaría por qué Vettel está sufriendo tanto este año: el tetracampeón necesita coches muy consistentes, con una puesta a punto milimétrica, para extraer el máximo rendimiento.