El que no se consuela es porque no quiere, dice el refrán, y hoy prefiero aplicarlo a rajatabla para ver el vaso medio lleno. No podemos tirar el Mundial cuando todavía falta media temporada por disputarse, así que vamos al lío con un análisis optimista:

Las dos últimas carreras de Silverstone y Nurburgring han puesto de manifiesto la involución de Ferrari en el Mundial de Fórmula 1, eso es un hecho evidente. La escudería italiana no supo aprovechar las tres semanas de parón que hubo entre los GP de Canadá y de Gran Bretaña y Fernando Alonso se ha encontrado en las dos últimas pruebas con un F138 desfasado e incapaz de pelear contra las mejoras que sí ha introducido con éxito Red Bull.

Pero lo peor ya ha pasado. O debería de haber pasado. Todos los equipos atraviesan algún bache durante la temporada (los de Red Bull suelen ser bachecillos) y confío en que la pájara de Ferrari se haya quedado atrás.

Y, suponiendo que Ferrari ha pasado su bache, podríamos decir que Alonso ha salido airoso porque que en las dos carreras de bajón de su equipo, Silverstone y Nurburgring, ha conseguido recortarle dos puntos a Vettel. El alemán, que abandonó en Inglaterra por un problema mecánico, ha sumado 25 puntos en estas dos citas y Fernando ha sumado 27 con un tercer y un cuarto puesto.

Ahora llega otro descanso de tres semanas antes de Hungría y Ferrari tiene «la obligación», así lo ha dicho Stefano Domenicali, de actualizar su monoplaza. Todavía están a tiempo en Maranello de revertir la situación, pero no pueden cometer más errores. 34 puntos de diferencia no son nada cuando todavía quedan 250 por disputarse.

PD. El incidente de Webber en boxes me ha parecido, además de peligroso, muy extraño. Parece que siempre que Mark puede pelearle la posición a su compañero, le ocurre algo extraño al australiano. Además, la multa de 30.000 euros para Red Bull me parece insuficiente ante la gravedad de lo ocurrido: