El grave accidente que sufrió Felipe Massa en el GP de Hungría de 2009, cuando un muelle metálico impactó contra su casco, hizo que la FIA se replanteara seriamente la seguridad de los pilotos en la Fórmula 1. Ya os comenté el año pasado que el organismo internacional había barajado la posibilidad de cubrir las cabinas de los pilotos con una especie de cristal antibalas, pero finalmente se desechó la idea.

Ahora la FIA vuelve a la carga con otra solución que, según dicen sus defensores, no altera la esencia de la Fórmula 1, donde los pilotos siempre han pilotado en cockpits descubiertos. Yo, en cambio, no tengo tan claro eso de que no altere la esencia de los monoplazas. Aquí os dejo el vídeo de las pruebas realizadas por la FIA y sacáis vuestras propias conclusiones:

Como se puede apreciar en el vídeo, el invento de la FIA es un armatoste de titanio que se colocaría en el morro del monoplaza y cuya misión sería desviar cualquier objeto que pudiera impactar contra el piloto. En esta prueba, se disparó un neumático a 225 km/h y, efectivamente, el casco del piloto salió ileso. Así lo ha explicado Andy Mellor, asesor de la FIA:

«La colocación de este aro protector hizo un trabajo muy bueno. Fue capaz de desviar una rueda lejos de la cabeza del piloto»

Seguro que Adrian Newey, Ross Brawn y demás gurús de la aerodinámica se tiran de los pelos cuando ven este tipo de pruebas, pero Mellor defiende la utilidad del arco de titanio:

«Supone un cambio estético radical para los monoplazas, pero sería un precio que bien valdría la pena pagar si se salva la vida de los pilotos y se consigue avanzar en la seguridad de este deporte»

PD. El arco de titanio quizás funciona bien con un neumático, pero no creo que sea capaz de frenar el impacto de un objeto más pequeño, por ejemplo el muelle que impactó contra Felipe Massa.