Fernando Alonso, en los test de Montmeló (Foto: Efe).

A muchos aficionados les ha llamado la atención que Fernando Alonso ha sufrido muchos más problemas que su compañero, Stoffel Vandoorne, durante los test de pretemporada.

Y aunque es cierto que el belga (326 vueltas) ha podido dar 63 vueltas más que el asturiano (263) en los test, hay una poderosa razón que explica esa diferencia:

La razón es que Alonso ha probado configuraciones más agresivas del coche que su compañero con el objetivo de buscar los límites del monoplaza y del motor Renault.

En McLaren saben que Fernando es un excelente probador, con una sensibilidad muy especial al volante, y no dudan en aprovechar ese talento para exprimir un poco la mecánica.

Es por ello que Alonso fue el encargado de rodar en la primera jornada de test, un día clave debido al estreno del nuevo motor y en el que la información que transmite el piloto es fundamental para comprender el nuevo paquete.

También el asturiano fue el encargado de rodar el último día de test y, aunque realizó tandas largas, se concentró en el ritmo de calificación a una vuelta, en probar la velocidad pura del monoplaza y en mapas de motor pensados para el sábado en Melbourne.

De hecho, el bicampeón español fue el único piloto que bajó de 1:18 en la tabla de tiempos junto a la pareja de Ferrari. Vandoorne, en cambio, concentró su última jornada de test en simulación de carrera.

PD. La fortuna tampoco ayudó a que Alonso pudiera dar más vueltas porque el primer día perdió una rueda por una tuerca defectuosa y el tercero no pudo rodar por la nieve. Circunstancias que nada tienen que ver con el pilotaje.