Fernando Alonso, en las 6 Horas de Spa (Foto: Efe).

Llegó, vio y venció. Fernando Alonso debutó este fin de semana en el Mundial de Resistencia y consiguió una impecable victoria en las 6 Horas de Spa, que ha sido elogiada de forma unánime por la prensa internacional.

No es para menos. Solo seis días antes, Alonso estaba disputando el GP de Azerbaiyán al volante de un Fórmula 1, un monoplaza radicalmente diferente al Toyota Híbrido que pilotó en Spa.

Su capacidad de adaptación ha sido, sin duda, impresionante y ha deslumbrado aún más que su rendimiento en las 6 Horas de Spa porque no es nada fácil cambiar de categoría de una semana para otra. Y, por supuesto, es aún más complicado cambiar de categoría ganando.

Pero dicho esto, siempre nos queda la cuadrilla antialonsera de turno que lleva desde ayer buscándole pegas a la victoria de Alonso para intentar desprestigiarla.

Uno de sus argumentos que he escuchado y leído en las redes sociales es que Toyota frenó a su coche número 7 (pilotado por Kovayashi, Conway y Pechito) para favorecer el triunfo del número 8 (pilotado por Alonso, Buemi y Nakajima). Nada más lejos de la realidad. Por eso voy a intentar explicar los hechos:

Lo que ocurrió fue que Toyota tenía un plan estratégico diseñado desde mucho antes de comenzar la carrera y que era perfectamente conocido por los seis pilotos del equipo.

Ese plan consistía en que sus coches tendrían total libertad para pelear en pista, pero solo hasta la última parada en boxes. A partir de entonces se mantendrían las posiciones.

El Toyota de Alonso, por delante del híbrido número 7 (foto: efe).

La marca japonesa quería evitar a toda costa situaciones de riesgo en el último stint, cuando se decide la victoria, y por eso prohibió batallas entre compañeros de equipo en el último tramo. Pascal Vasselon, responsable de Toyota, lo explicó tras la carrera:

«El acuerdo era que nuestros coches podrían competir hasta la última parada en boxes porque no queríamos tensión en las últimas vueltas»

Conocido ese plan estratégico, el coche número 8 de Alonso fue el más rápido durante los primeros tramos de la carrera y llegó a la última parada en boxes por delante del híbrido número 7 por méritos propios.

A partir de ahí, sabía que sus colegas de Toyota no podrían atacarle en pista y por eso tampoco tenía la necesidad de exprimir la mecánica de su coche. Se dedicó entonces a asegurar la victoria intentando evitar problemas de fiabilidad.

Y aunque Conway llegó a ponerse detrás de Alonso en el último stint y marcó mejores tiempos, insisto en que Fernando no tenía la necesidad de exprimir su coche.

Además, habría que ver si, con libertad para pelear, Conway habría sido capaz de adelantar en pista a Fernando, un hueso duro de roer cuando defiende posición.

PD. Parece que ver a Alonso en lo alto del podio ha escocido a algunos….