Miedo me da. El presidente de la FIA, Jean Todt, ha delegado en el británico Graham Stoker la presidencia del Consejo Mundial que juzgará a Ferrari en septiembre (fecha por decidir) por presuntas órdenes de equipo en Hockenheim.

Jean Todt ha renunciado a presidir el Consejo Mundial para evitar suspicacias después de haber sido director de Ferrari durante casi 15 años, pero a mí me huele mal.

Todt, que siempre fue un especialista en utilizar las órdenes de equipo, no tenía ninguna fuerza moral para sancionar a Ferrari y al apartarse del caso deja vía libre a Stoker para que actúe como mejor le plazca.

No quiero ser pesimista, pero siempre que hay un inglés de por medio (véase Ron Dennis, Max Mosley o Charlie Whiting), Fernando Alonso sale perjudicado.

Además, la presión de los medios de comunicación británicos, que no paran de criticar a Ferrari y al piloto asturiano por hacer lo mismo que hace McLaren, presionará todavía más a su paisano Stoker.