Pesado, muy pesado ha sido el comportamiento de Lando Norris este domingo en el GP de Francia. El piloto inglés ha sido víctima de una de las grandes salidas de Carlos Sainz, que le ha arrebatado la quinta posición en los primeros metros y le ha costado bastante digerirlo.

Tanto es así que, una vez detrás del madrileño, se ha dedicado media carrera a presionar a su compañero a través de la radio del equipo McLaren, con mensajes constantes y reiterativos en los que exigía que Sainz incrementara su ritmo:

Lando Norris, pegado detrás de Carlos Sainz, en el GP de Francia.

Vaya por delante que, en condiciones normales, Norris podría tener algo de razón porque veía por el espejo retrovisor cómo Daniel Ricciardo se le echaba encima por detrás. Es normal que estuviera nervioso. Eso sí, después de decirlo un par de veces sin que tu equipo McLaren actúe quizás deberías asumir que no tienes razón.

Pero lo grave de este caso es que Norris tenía problemas con su McLaren, era conocedor de ellos y, aun así, insistía una y otra vez en pedir más ritmo a Sainz, una exigencia que, de haberse convertido en orden de McLaren, podría haber puesto en riesgo el sexto puesto del español, que estaba administrando sus neumáticos y controlando la carrera en todo momento.

De hecho, en la última vuelta, Norris se derrumbó y fue adelantado por tres coches para terminar cruzando la meta décimo. Es decir, casi consigue estropear la carrera de Carlos de forma completamente estéril porque él en ningún caso habría asegurado el sexto, ni siquiera el séptimo puesto.

Al menos, parece que todo ha sido fruto de la tensión del momento y al término de la carrera McLaren nos ha mostrado una imagen simpática de sus dos pilotos charlando animadamente con Zak Brown en el paddock del Paul Ricard:

Sainz y Norris, charlando con Brown tras el GP de Francia.

Parece que el buen rollo continuará en McLaren y no es para menos porque este ha sido, sin duda, el mejor Gran Premio de la escudería británica en mucho tiempo.

Como bien ha dicho Sainz, McLaren ha demostrado en Francia que ya es el cuarto equipo más fuerte tanto en calificación como en carrera y, quizás, puede empezar a mirar de cerca a Red Bull, ese equipo que iba a volar con el motor Honda.

PD. La humillación de Mercedes a Ferrari es cada vez más dolorosa en Maranello.