Sebastian Vettel ha revelado que tuvo muchos problemas de adaptación con el Red Bull RB8 de principios de temporada. El piloto alemán explica en Auto Motor und Sport, que solo empezó a disfrutar del coche una vez cruzado el ecuador del campeonato:

«Simplemente me sentí más cómodo con el coche en la segunda mitad de la temporada. El equilibrio me fue más favorable que al principio, cuando me creó muchos problemas, especialmente en calificación»

Vettel relata que los escapes fueron uno de sus mayores quebraderos de cabeza. Hay que recordar que, en las primeras carreras del Mundial, el piloto alemán se resistió a montar la nueva versión de escapes diseñada por Adrian Newey, que sí utilizaba su compañero, Mark Webber. Fue a partir del GP de China cuando la dirección de Red Bull se cansó de trabajar con dos sistemas de escapes y obligó a Vettel a montar la nueva versión:

«Durante mucho tiempo no me sentí a gusto con los nuevos escapes, aunque me proporcionaran más carga aerodinámica que la versión antigua. No podía jugar con el coche como yo quería, no se adaptaba a mi estilo de pilotaje. Yo consigo mi velocidad al entrar en las curvas, mientras que Webber es mejor al salir de ellas»

Por último, Sebastian confiesa cuál fue la solución mágica que le ayudó a sacar el máximo rendimiento de su monoplaza:

«Solo la última solución Coanda me ayudó a estar cerca de lo que tuve la temporada pasada»

El llamado Efecto Coanda ha sido, sin duda, uno de los grandes protagonistas de la temporada. Y Adrian Newey un genio a la hora de manejarlo para canalizar los flujos de aire y ganar carga aerodinámica en el coche.

PD. Creo que todos nos dimos cuenta de cuándo Vettel se empezó a sentir cómodo con el coche… cuando dejó de ser coche y se convirtió en avión.