Los primeros libres del GP de Alemania ha confirmado el retroceso de Ferrari en el Mundial de Fórmula 1. Parte de culpa la tienen los ingenieros de Maranello, que no han sabido aprovechar el parón de tres semanas entre Canadá y Silverstone, pero hay otros factores externos que han jugado en contra de la escudería italiana.

Y esos factores han sido provocados por los rivales más directos de Ferrari en la lucha por el campeonato. Tras la carrera de Montmeló, que se saldó con una victoria de Alonso y un tercer puesto de Massa, se puso en marcha la maquinaria de Red Bull y Mercedes para socavar el potencial de Ferrari, que había colocado sus dos coches en el podio. En Barcelona, el F138 era el monoplaza más fuerte en carrera con diferencia.

Pero el plan de Mercedes y Red Bull fue incrementar la presión sobre Pirelli para modificar unos neumáticos que Ferrari había logrado comprender mejor que nadie. Y les salió bien.

Primero Mercedes se las apañó para realizar un test secreto en Barcelona con el fabricante italiano y sin consentimiento de la FIA. Después de esa prueba, Mercedes se convirtió en un equipo nuevo capaz de someter a sus rivales en carrera. La FIA solo le dio una palmadita en la espalda como castigo.

Luego vino la elección de unos neumáticos más duros por parte de Pirelli. Alegando que cuatro paradas en boxes eran demasiadas, Pirelli empezó a elegir compuestos más duros para las carreras. Además, anunció una modificación en el «proceso de fabricación» para evitar los problemas de laminación, algo de lo que se habían quejado en Mercedes y Red Bull.

Pero la supuesta solución a los problemas de laminación degeneró en el bochornoso espectáculo de Silverstone, donde hubo cuatro reventones y se puso en riesgo la seguridad de los pilotos. Para solucionarlo, Red Bull propuso recuperar los neumáticos de 2012 y Pirelli ha aceptado. En Nurburgring ha sustituido las bandas internas de acero por otras de kevlar, como en 2012, en los neumáticos traseros y a partir de Hungría apostará por unos compuestos similares a los del año pasado.

Por todos estos factores parece que Red Bull, Mercedes, Pirelli y la FIA se están riendo en la cara de Ferrari, que apenas ha protestado ante tanto atropello. De hecho, se han escuchado más protestas en Lotus que en Ferrari.

PD. Me quedo con esta frase de Paul Hembery, director de Pirelli, después del GP de España: «Siempre habrá alguien descontento. Si no hacemos nada nos critican, pero si endurecemos los neumáticos nos dirán que hemos entregado el campeonato a Red Bull”