Por María Ramos, investigadora en la UC3M y editora de Politikon.
Como cada año el 8 de marzo al llegar el Día Internacional de la Mujer se repiten en los medios de comunicación datos diferentes sobre brecha salarial entre hombres y mujeres. En muchos casos se habla de diferencias salariales medias, en otros se ajusta según horas trabajadas y en algunos se intenta afinar para comparar las diferencias trabajos equivalentes. El problema de este baile de cifras es que al final las discusiones se centran en los cálculos y se olvidan de tratar las causas de los problemas a los que se enfrentan las mujeres trabajadoras.
LAS MUJERES GANAN MENOS
Las cifras más recientes procedentes de la Encuesta Anual de Estructura Salarial muestran que en España la diferencia de género en salarios hora (no ajustada a las características individuales) es de 13,6%. Esto quiere decir que en promedio el salario por hora de las mujeres con jornada completa, que fue de 12,9 euros en 2013, es un 13,6% menor que el de los hombres (16,1 euros). La brecha salarial es mayor entre trabajadores de más edad y en trabajos a tiempo parcial.
Estos datos, sin embargo, sólo reflejan parte de la realidad de la desigualdad laboral entre hombres y mujeres. Pensemos por un momento lo que sucede dentro de una oficina cualquiera de España: si comparamos el salario medio de las mujeres y el salario medio de los hombres, probablemente veamos que el de ellos es relativamente más alto. En gran medida se debe -y así sucede en muchos casos- a que ellos ocupan más puestos de dirección y mejor pagados. El estereotipo de jefe (hombre) y secretarias (mujeres) refleja lo que sucede en muchos centros de trabajo. Esto puede ocurrir que trabajen en diferentes ocupaciones (jefe o secretaria como en el ejemplo), pero también puede deberse a que tengan distinto nivel educativo, edad, años de experiencia o productividad.