El otro día conocí a una periodista de Playboy en la presentación de la película “Diamantes de Sangre” en España. Simplemente nos tocó estar muy cerca esperando al protagonista del filme: Leonardo Di Caprio. Y hablamos un ratito. Ella era muy simpática. Me dejó sacarle una divertida foto para mi nuevo blog. Luego, en los comentarios, leí descalificaciones sobre ella: que si era una ex concursante de Gran Hermano, que si se había liado con un familiar del que tenía un hijo, que si había posado desnuda para el Interviú…
Sólo quiero decir que me importa una mierda todos los “pecados sexuales” que pueda tener una chica. Si yo fuera una chica sería la más puta de todas. A mis 32 años ya habría tenido más de tres abortos y posiblemente tendría más de un hijo. Me parecen patéticas las estrechas y las chicas que arrugan la nariz como si estuvieran oliendo mierda cuando se les sugiere sexo. Como si el sexo no fuera algo maravilloso. Como soy hombre, conozco bien a mi especie: y sé que lo único bueno que podemos dar es la polla (si nos funciona). Por lo demás los hombres somos estúpidos, inútiles, egoístas e infantiles. Si yo naciera mujer, primero trataría de hacerme lesbiana con todas mis fuerzas, utilizando incluso tratamiento psicológicos de choque y, si no lo consiguiera, utilizaría a los hombres únicamente para follármelos y sacarles dinero.
Estos días, en los comentarios de este blog, hubo uno que causó mucho revuelo y que relaciono con esto último que he escrito. El autor es un tal Kal que no conozco de nada. Copio su comentario a continuación, tal cual él lo escribió. Creo que tiene mucho que ver con lo que acabo de escribir.
Teoría de velocidades (por Kal)
«Las mujeres disponen de dos velocidades: puta y cerda. Mientras que los hombres estamos en velocidad cerda toda nuestra vida, ellas se mueven entre esas dos marchas.
En velocidad cerda buscan en una pareja su utilidad sexual, y solo eso, un buen cuerpo que les dé marcha.
En modo puta por el contrario buscan una utilidad práctica, rebajan su filtro sobre el físico y buscan más una buena cartera o una seguridad afectiva.
Generalmente en la adolescencia van a velocidad cerda. En el momento en el que se miran frente a un espejo y comienzan a verse viejas pasan a velocidad puta. Es ese momento en el que buscan al calzonzazos de su vida para que cuide de ellas y sea el padre de sus hijos (o al menos el que los mantenga y el padre sea cualquier otro).
Una divorciada sin trabajo con dos retoños por ejemplo tiene un 100% de posibilidades de ir a velocidad puta y seguramente se halla divorciado porque intentó montar una familia a velocidad cerda. A veces la evolución cerda>puta se sigue a la inversa, como con cierto caso que conozco, la llamaremos “Y”, una chica insegura de si misma y de su aspecto que necesitaba un “primo” que la hiciese sentirse una diosa, por eso se lió con un tipo feo y sin carácter que besaba el suelo que ella pisaba, incluso se casó con él, pero era demasiado joven para ir a velocidad puta. Una vez inflada su autoestima el cuerpo le pedía velocidad cerda. Por eso se divorció y se lió con el chuloputas con el que está ahora. Cuando se haga más vieja volverá a velocidad puta, con lo que su evolución quedará como puta>cerda>puta.
Los hombres por el contrario, más simples, siempre estamos en velocidad cerda. Una foca es una foca, por muy millonaria y protectora que sea, y tiene escasas posibilidades de éxito (en general…, hay excepciones de hombres que se comportan como putas, pero son la excepción que confirma la regla).
Mujeres de futbolistas: velocidad puta.
Famosas ricas: velocidad cerda.
Adolescentes seguras de si mismas: velocidad cerda.
Adolescentes inseguras de si mismas: velocidad puta.
Madres solas: velocidad puta.
Paso ente la juventud y la madurez (síndrome «me estoy haciendo vieja»): velocidad puta.
Mujeres con problemas económicos: velocidad «a toda puta».
Mujer ya casada con calzonazos: velocidad cerda (excepto con su marido, que estará en punto muerto).
Hombres: velocidad cerda constante.
Hay gente que no sigue estas reglas. Gente que está tarada, chiflados, gente con trastornos de la personalidad. Esta gentuza busca otro tipo de utilidad llamada utilidad afectiva (generalmente porque papá o mamá no los querían…). En cierta forma van a velocidad puta, pero solo en busca de afecto. Cuando se trata de una chica puede conseguir cierto éxito: es decir un tipo que se la trajine a cambio de cuidar de ella. Pero un hombre que trate de hacer lo mismo (seguir esta estrategia) se queda más solo que la una. Porque las mujeres buscan al chulo de su vida, no otra puta llorona con la que compartirla.»