A vísperas de la entrega del premio al mejor blog 2006 quiero confesar porqué doné los 3.000 euros que me dieron el año pasado al ganar el premio al MEJOR BLOG EN CASTELLANO con micabeza.com Aunque meses antes trabajaba de freganchin, en los momentos en que el jurado de los premios 20 Blogs se sentaba a decidir a quién iban a premiar, yo trabajaba de recepcionista en un hotel de 5 estrellas, en el turno de noche, en la isla de Fuerteventura. Y tenía un sueldo decente: 1.300 euros mensuales. He estado buscando por los discos duros de mis ordenadores y he encontrado este video de cuando tenía un trabajo de subhumano:
No tenía mucho trabajo por las noches y si lo tenía no lo hacía, no me importaba: por aquel entonces tomaba trabajos con los que poder ahorrar algo o acumular paro para poder dejarlos y pasar temporadas escribiendo. Cuando se me terminaba el dinero volvía a tomar un trabajo de subhumano que odiaba y que me hacía sentir desgraciado: yo sólo quería dedicarme a escribir, nada más.
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-Quiero ser escritor -le decía al segurita que venía cada noche a verme, para hablar un rato- Voy a dejar este trabajo y centrarme sólo en escribir.
-Estás loco. El hotel es un buen trabajo. Te vas a arrepentir si lo dejas. No vas a conseguir vivir de escribir. Eso sólo lo consigue quien tiene enchufes.
(a lo largo de mi vida he escuchado tantas veces estas palabras que llegué a creérmelas)
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El día que vi que estaba nominado al mejor blog, aparte de ponerme a llorar de emoción, comencé a pasar las noches en el hotel soñando despierto. Soñando en qué pasaría si ganaría. Me imaginaba en la fiesta, saltando de emoción al escuchar mi nombre, subiendo al escenario a recoger el premio, llorando de felicidad. Y, para colmo, me iban a dar 3.000 euros.
-¿Qué hago con ellos Rafa? –me pregunté en voz alta.
-¿Una tele de plasma? ¿Un ipod? ¿Un ordenador nuevo? ¿Una cámara guapa para hacer videos? –sugerí.
Entonces recordé mis inicios literarios. La primera vez que escribí un relato gané un concurso regional con él. La noche antes de que se fallara ese concurso, le dije a Dios que:
-Si gano ese concurso, donaré las 50.000 pesetas del premio.
Y gané. Pero no lo doné. Me gasté el dinero en tonterías.
Al poco, me presenté a un concurso de comic que organizaba mi instituto. Me presenté con la historieta “El Gran Día de Emiliano Gamba”.
-Dios, esta vez te lo juro. Si gano las 5.000 pesetas de este premio lo dono en su totalidad.
Gané. Y me gasté el dinero, creo recordar, en unos cd de los Jacksons.
Tras ese segundo premio me presente a 32 concursos literarios. No gané ninguno. Así que aquella noche, en la soledad de la recepción de aquel hotel, le dije a Dios:
-Esta vez sí Dios. Donaré los 3.000 euros. No me quedaré con nada. Yo tengo manos para trabajar. Siempre he salido adelante en la vida yo solo. Pero hay otra gente que no puede salir adelante sin ayuda.
Gané el premio “20 Blogs”. Doné los 3.000 euros a una asociación que cuida de niñas violadas. Y Dios me premió.
Me dio este, el mejor empleo de mi vida.
Me dio imaginación ilimitada.
Me hizo más seguro.
Me hizo más guapo, mucho más, de lo que se puede imaginar.
Y hace que las chicas más guapas del universo pasen por mi cama.
La gente no cree en Dios. La gente no cree en los ángeles que nos ayudan y premian por las buenas acciones. La gente es estúpida. Pero yo no tengo la culpa de eso. La gente vive en un infierno de subhumanidad porque es retrasada mental.
En la actualidad, sólo hay una cosa que me falta para ser feliz. Es poderme traer a mi perra Anais Niin desde Fuerteventura. Me la encontré en la calle, bajo la rueda de un coche, una mañana en la que me habían despedido de un trabajo y yo andaba preocupado porque no tenía nada de dinero reunido ni paro con el que contar. Sin dudar, me lleve a esa perrita a casa. Y nadie me ha dado tanto amor desde entonces.