Si quieres ser mi amigo tienes que ser inteligente, un gran creativo o tener mucho dinero que me quieras regalar. O ser una mujer que me la quiera chupar y estar muy buena.
Hay tres clases de personas: las que están vacías, las que están media llenas o llenas totalmente. La mayoría de gente que conozco está hueca y quiere que la llenes. La gente no sabe estar sola porque la sociedad les ha sorbido la creatividad y las ansias de conocimiento. Si sufren y se sienten horribles estando en soledad… ¿Cómo pretenden que yo sí que quiera estar en su compañía? No son nada más que un trabajo que no les gusta y unas facturas que pagar: han decidido vivir una vida tan vacía que cualquier conversación o razonamiento que salga de ellos reconduce a su degradante y aburrido estilo de vida. También huyo de las personas totalmente llenas: porque creen tener la razón en todo. Están atrapadas y no pueden ver otros paisajes. Son hámster en su columpio.
Las únicas personas que soporto huecas, son a las tías buenas. No sé porqué, pero esas me caen muy bien. Me da igual que no hablen ni que aporten nada. Las tías buenas están geniales para hacer gimnasia con ellas. Y, cuando te cansas, las conectas a la tele o les das un catálogo para que compren ropa por correo y no molestan.
Ilustración de Robotv
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Hace apenas seis meses, empecé a hacer comentarios chorras en el blog de Rafa de 20 minutos.
Luego abrí un blog y seguí diciendo chorradas, ¡pero hay a quien le hace gracia, tú! ¿No es increíble?
Hoy he recibido un ejemplar de un librillo donde aparece publicado uno de los textos de mi blog. ¡3 páginas, 3, entre un total de 144!
Ejem, sí, ya sé, no es el Nobel, ni el Planeta, pero por algo se empieza, y es que me hace ilu, oyes.
¡Rafa, maricón, va por tí, que me metiste el gusanillo de escribir con tus diarios!
Muchas gracias a ti amigo groucho por el honor que me haces.
Un abrazo, amigo