La gente dice que escribo mal. Y quizá tengan razón. Pero lo que sí que he comprobado es que la gente que me dice que escribo mal escribe mucho peor que yo. A menudo dejan los links de sus blogs (los valientes) y son una puta mierda. Lo peor es que me dicen cómo debo escribir, tratan de dirigirme, me dan consejos, me dan vergüenza.
Hace unos días puse los tres primeros capítulos de una nueva blog novela de ciencia ficción que empezaré a publicar, en serio, por Internet, en cuanto tenga preparado de una vez los diarios secretos para la imprenta. Las críticas, en su mayoría, fueron nefastas. Casi todo el mundo me decía que era una mierda y que no siguiera escribiéndolo. Me recordó a cuando empecé con micabeza.com. La gente que leía los primeros capítulos, incluso el primer diario entero me decía que no escribiera, que no lo continuara: que yo escribía muy mal y que, incluso, mis diarios eran una copia de algo que ya habían leído (“La conjura de los necios”) Menos mal que no les hice caso. Gracias a que no me desanimé y continué escribiendo con pasión, hoy por hoy tengo el mejor de los trabajos que he tenido en mi vida: ser vuestro bloguer diario: un bufón que trata de entreteneros mediante sus escritos.
La gente me escribe, insultándome: dice que lo que escribo ahora es una mierda. Que no es literatura, gritan indignados. Y yo pienso que qué les ocurre, si andan mal de la cabeza. Ya sé que no es literatura.
Simplemente estoy tratando de entretener, de haceros olvidar vuestras rutinas mientras me leéis desde el trabajo. Hay gente que me ha escrito desde los Hospitales, dándome las gracias por haberles sacado una carcajada, una serie de sonrisas con mis escritos. Que te escriban eso, desde allí, es una satisfacción indescriptible. Shakespeare, también escribió obras de teatros con tramas tontas para entretener al más vulgar populacho. Si no lo creéis, leed “El Mercader de Venecia”, sobre todo la sub trama de los anillos. Entretener a gente con problemas diarios, de facturas, de mujer o esposo e hijos, conseguir abstraerlos un rato y meterlos en mi mundo de perversión y obsesiones es algo maravilloso. Porque esa es la gente de verdad. Los verdaderos héroes.
Cada día tengo la suerte de recibir muchos comentarios. Os juro que hasta que no me escribís el comentario número 100 me siento triste y nervioso. El 70% de esos comentarios los escriben envidiosos, imbéciles que no saben nada del mundo de la literatura. El 30% restante, amigos, desconocidos a los que, por una extraña razón, les caigo simpático. A todos os necesito y celebro. A los amigos, por el cariño y fuerza que me transmitís. A los trolls, porque si mis letras, mi persona, no levantara tales grados de obsesión y odio, significará que efectivamente, que mis escritos son una mierda.
Un saludo a todos y felices vacaciones de Semana Santa para quien las tenga. Yo no. Yo me quedo por aquí: feliz, entreteniéndoos.