Estoy comiendo en el bar de poeta misterioso…
…veo, a través del escaparate, un coche aparcando: al conductor le cuesta, horrores, aparcar: decido esperar a que salga del coche para dedicarle una sonrisa burlona que diga:
-He presenciado lo mal que aparcas. Das risa.
Pero me fijo en el conductor: es una mujer: bellísima: alta: de no mas de 27 años: me la imagino a cuatro patas: me enamoro de ella: la chica sale del coche: con decisión: viste ropa de sport: no es una pija de mierda: abre el portabultos, saca unas pinturas, unos lienzos: se da cuenta de que la estoy mirando fijamente: sonrío, entrañablemente, para no parecerle lo que soy: un obseso sexual que está imaginando que se la está metiendo por el culo: gracias a Dios, me devuelve la sonrisa: pero no es una sonrisa entrañable, sino pícara: es mi oportunidad: quizá ella esté en el día H: le pido, a través de la cristalera del
bar, que me enseñe el lienzo: ha pintado un dibujo: menuda mierda: pongo cara de que me gusta mucho su pintura: salgo del local: hace tiempo que aprendí que, para ligar con una chica, no hay trucos ni métodos: sólo momentos: una chica te puede decir que no mil veces: pero si se lo preguntas el día H, ese día te dice que sí: y te la follas: el día H es el día que los astros se han conjugado para que ella se abra de piernas contigo o con cualquiera que le entre suave pero con seguridad y sin malos rollos: mientras me acerco a ella, rezo porque hoy sea su día H: le digo:
-¿Lo has dibujado tú?
-Sí –contesta coqueta.
-Es genial.
-Aun no está terminado –observa.
–Soy crítico de arte en “20 minutos” ¿Vives por aquí?
-Sí.
-Si un día te apetece vente a este bar. Yo estoy siempre aquí. Te invito a lo que quieras y charlamos un poco.
-Vale.
Doy media vuelta: decido no ocupar su tiempo más: regreso al bar: la vuelvo a mirar a través de la cristalera: ella me sigue mirando: sonriendo: tiene mirada de estar en el día H: quizá debería de salir: pero me quedo dentro del bar como un niño bueno: temo quedar como un pesado baboso si vuelvo a salir: temo muchísimo que una chica piense eso de mi: ella sigue su camino: se va a su casa: vuelve a girar la cabeza: me sonríe mimosa: la tengo en el bote: ya la veo a cuatro patas sobre mi cama: eso sí que es una pintura colosal.
Escribo una nota que dice “te quiero”, quito una rosa seca de un florero del bar: salgo del local: se la dejo, atrapada, en el parabrisas de su coche:
Quedo esperando, al otro lado de la cristalera, que la chica regrese a su coche. La gente que pasa por la calle, que sale del local, queda mirando la nota:
Por la noche sigo esperando…
…en el descanso del Real Madrid-Bayer de Munich, vuelvo a ver a la chica. Está paseando a su perro. Y a su novio. Pasan al lado del coche. El novio ve la nota. Se enfada, le pide explicaciones: la chica dice que no sabe de quien es, que quién la puso allí.
Maldita sea: hoy no es el día H: desaparezco: me escondo, cobarde, en el baño del local: pienso en qué le diré a su novio si me pide explicaciones:
-Yo sólo quería follarla. Como tú.