Desnudo, bajo las escaleras de la buhardilla. Ella quiere fumar. En un mueble de la cocina guardo los cigarros que Begoña, un día, me dijo que le guardara por si volvía: han pasado casi tres meses. Supongo que ya es hora de que otra chica se pueda fumar sus cigarrillos. Supongo que ya es hora de liberar espacio en ese mueble de la cocina, liberar espacio en mi mente y en mi corazón: Begoña tiene novio, otra chica necesita sus cigarrillos.
La rubia de L´oreal, desde arriba, desde la cama, no deja de espiar mis pasos: de mirar mi cuerpo desnudo: no siento vergüenza. Es extraño, pero follar con ella me ha quitado los complejos, el asco que sentía cuando veía mi cuerpo desnudo: desde que he vuelto a follar me siento guapo. Ahora me parece que mis extremidades son delgadas, largas, ágiles: ella me hace sentir como un modelo de revista.
–Tienes cara de bien follado –dice.
A la vez que le traspasé los espermatozoides también le traspasé mis complejos. Ahora ella no se atreve a levantarse de la cama desnuda: dice que tiene celulitis y que se siente gorda.
-Yo no tengo tantas arrugas –dice mientras se mira al espejo horrorizada- lo que pasa es que desde que te conozco no puedo dormir de la emoción.
-Yo te veo perfecta –le aseguro- No te comas el coco con eso, que se pasa fatal cuando uno se mira al espejo y lo primero que busca en él son sus arrugas.
Abrimos las botellas de vino que me regalaron los de “20 minutos” por navidad. Nos la bebemos acostados en la cama, boca arriba, tapados por el edredón y las mantas, compartimos el mismo vaso. Nunca he probado un vino más bueno: su alcohol hace a mi mente flotar, su dulzura me hace sentir tranquilo, en paz, tras tanto tiempo. Ella me besa mucho, tanto en los labios como en la polla. Normalmente me da vergüenza que me vean la polla cuando no la tengo empalmada porque, en ese momento, se me pone muy chiquitita:
-Prefiero comértela así. De este modo me cabe toda dentro de la boca.
-El sexo entre nosotros no es bueno –le digo avergonzado.
-No disfruto el sexo contigo porque me siento una puta: recuerdo las cosas que has escrito y me hacen sentir sucia.
Ella enciende un cigarrillo y yo me doy la vuelta para tratar de dormir por fin: son las 14, hemos pasado toda la noche, toda la madrugada, toda la mañana, hablando y follando. Quiero descansar para ponerme luego a escribir. Ella se abre los labios vaginales y se masturba frotándose con mi nalga. Quedo dormido escuchando sus jadeos, sintiendo sus besos en mi espalda.
-Esta chica le quita los complejos a cualquiera –pienso.
Despierto horas mas tarde. Estoy intranquilo, tengo mucho por escribir. Ella duerme. Salgo de la cama, bajo las escaleras sin hacer ruido. Enciendo el ordenador. Me pongo a escribir este post. Me saco un moco. Lo miro. Tiene forma de espermatozoide:
Subo con él hasta la cama y se lo meto por el chocho, sin despertarla.