BLOG DE CONTENIDO SOLAMENTE PARA ADULTOS (+18 AÑOS)

Ofrezco el cuerpo de una chica virgen

Voy al Retiro con mi amiga virgen que me hace pajas. Caminamos hasta la estatua de Satanás. Tras unos segundos observándola, no logro reprimirme: alzo los brazos: grito:

-¡Oh, gran Satán! Aquí te traigo a una niña virgen ¡Te la ofrezco como sacrificio!

A nuestro alrededor sólo había unos turistas japoneses (o chinos). Parece que me han entendido o les han hecho gracia mis dramáticos gestos: porque se echan a reír. Mi amiga virgen, que me hace pajas, me reprende, se va enfadada, sonrojada. Pienso en ir tras ella para disculparme, pero me hace gracia que se haya molestado tanto. Así que me siento en un banco viendo como se aleja, disfrutando de ese momento humorístico: ella está indignada y yo soy rematadamente cruel: pero que se joda por virgen.

Al rato, enciendo un porro. Fumo. Miro a la gente. Todo el mundo tiene cara de gilipollas. Empiezo a reírme a carcajadas. Hago un video. Luego, me entra frío y me voy. El porro me ha sentado fatal. Camino por la calle imaginando que se me está hinchando la cara y que todo el mundo me está mirando.

Paso la tarde trabajando y masturbándome, con fotos de internet.

A la 01:00 de la noche me llama Torbe para hablar un rato. Caminamos un buen rato por la Castellana, contándonos nuestros proyectos, nosotros somos los listos, los demás son los gilipollas, llegamos a su casa. Me invita a pasar: tiene un gato extraño, con cara de Star Wars. El gato se sube a mi hombro y se queda allí quieto: como si fuera un loro.

De pronto, amo muchísimo al gato. Torbe me invita a un Tiramisú que ha hecho él mismo. Está muy bueno. Me voy. Regreso a casa caminado. Me gustan las calles de Madrid a las 3:48 de la mañana. Una niebla de frío lo cubre todo. De madrugada, Madrid tiene un aspecto fantasmagórico, incluso demoníaco… recuerdo la broma que le hice a mi amiga virgen por la tarde: de pronto tengo miedo: se me antoja que, por las calles de Madrid, Satanás me está observando: que los edificios de Madrid son, en realidad, templos satánicos:

:y la poca gente que me cruzo por la calle se me antojan súbditos de Satanás: en cualquier momento, alguien me va a degollar: por no haber desvirgado a mi amiga y no haberle ofrecido su cuerpo sin vida.

Cuando llego a mi casa sano y salvo, me prometo a mi mismo que nunca más haré bromas de ese tipo. Y bailo un poco.

Los comentarios están cerrados.