Ahora que ya no me quieres y te he perdido para siempre, ahora que apagaste con tu saliva la mecha de lo que pudo haber sido, me siento como un niño sin madre, un niño al que despedazaste el pecho tratando de sacarle el corazón sólo por entretenimiento.
Me has dejado tirado sobre la hierba del bosque más triste del mundo, ahora que empecé a ver los encantos que me juraste tenías, estoy comenzando a quedarme ciego, a no querer ver nada más de la vida.
Ahora que ya no vamos a volver a estar juntos, demonio, te siento por todas las esquinas de mi cama pues algo allí dejaste escondido: un sortilegio, tus ojos de bruja; un embrujo: el veneno de tu piel gitana; una cruz inversa: las buenas caricias que me distes con tu boca secreta.
Te escucho, siempre tocas en la puerta de mi apartamento, pero jamás eres tú. Abro la puerta nada más levantarme, por si te has quedado dormida, esperando, en una esquina ¿Dónde estás? Tu verdadero hogar es mi cuerpo ¿No lo sientes?
Necesito un bestia que me estrangule, que me eche ácido sulfúrico a la cara, quizá así te olvide, a ti y a tu cuchillo de ya no somos más que amigos.
Que ironía. Tú eres mi amiga y yo el que más daño desea hacerte: te sacudiría a golpes hasta que me quisieras, hasta que todo mi esperma te llenara ¡Qué por fin llegue a tu corazón! ¡Por favor! ¡Que tú alma reconozca que soy yo el que puede convertirla en piedra!
Besos en la papelera del baño chico.
Ironía. Siempre me dijiste que yo jugaba, que mis sinceras palabras no eran más que escritos… me río pensando de donde podría sacarlas si no te hubiera conocido.
Ya te dejo: olvídame tranquila que yo te seguiré soñando.
Tú no existes, eres imposible. ¡Mentirosa!
Nota.-Estás dos tías buenas han mandado una foto para colaborar en la sección de «Rafa te quiero» ¡Muchas gracias chicas!