Noche del viernes.
Me viene a buscar un amigo para salir: le digo que no:
-¿Por qué?
-Tengo que escribir.
-Ya escribes mañana.
(Dice eso como si para mi, crear, fuera algo tan fácil como sentarse, abrir un grifo y ver el agua salir)
-No. Tengo que escribir hoy y mañana.
-Pero descansa un poco, distráete. Es fin de semana.
(Pienso: tengo que terminar mi novela, tengo que preparar los post para “20 minutos”, y el artículo para el jueves, tengo que escribir una obra de teatro en 2 meses: tengo que escribir una pequeña reseña de arte para un amigo: además, dentro de dos semanas, empiezo a trabajar en un pub: necesito un poco de dinero extra para la publicación del libro)
-No –insisto-. Tengo que escribir.
-Pero joder tío. Tienes que salir un poco.
-Tengo un montón de cosas por escribir.
-¡Ah! Es por Elena, la camarera esa ¿No? Te tiene pillado. Eres un calzonzazos.
-No me vengas con chantaje emocional barato. Desde que estoy en esta isla nunca he salido por la noche. No es cosa de ahora.
-Venga tío. Vamos al sur. A ver si nos ligamos a unas turistas. Déjate de chorradas de escribir.
-No tengo nada de ganas de estar detrás de tías como un adolescente. Yo lo que tengo que hacer es escribir.
Mi amigo se va con mala cara: cierro la puerta de mi casa. Pienso: no creo que ese amigo vuelva a tener ganas de venir a verme. Subo las escaleras, me encierro en mi habitación. Pienso: Shakespeare, Beethoven, cuando estaban inmersos en la elaboración de una obra maestra ¿También tenían amigos que les interrumpieran para darles la lata con salir los viernes por la noche en busca de un polvo? ¿Algunos de esos amigos sabrá qué para escribir, crear, para hacer algo que realmente vaga la pena y obtenga atención hay que pasar mucho tiempo solo, escribiendo, tachando, luchando, desesperándose? Joder, no soy una niñita que está escribiendo un librito de 100 páginas. No. Estoy escribiendo un libro de 1900 páginas ¿Alguien sabe el esfuerzo bestial que se necesita? No sólo mental, sino físico ¿Alguien sabe lo solo y loco que me siento por llevar ya 2 años y medio encerrado en esta casa, escribiendo, pensando únicamente en hacer un buen trabajo con este libro? A veces me fallan las fuerzas. Pero aquí sigo. NO ME VOY A RENDIR: LO ÚNICO QUE ME PUEDE PARAR ES LA MUERTE. No me voy a quedar pensando nunca en qué hubiera pasado si me hubiera arriesgado de verdad. Quiero ser el dueño de mi vida.