Guardo en casa un tríptico en tres idiomas sobre Auschwitz. Lo encontré una noche mientras caminaba por una coqueta calle de Prenzlauer Berg. En Berlín pasan —pasaban— esas cosas extraordinarias. En el suelo, junto a un portalón de madera todo pintarrajeado, alguien había dejado una montaña de libros y papeles. Husmeé, es mi costumbre. Y allí estaba, como si fuera un catálogo de los Museos Vaticanos, la guía útil para acceder a los secretos del mayor campo de exterminio nazi. Auschwitz es el lugar de memoria más importante de la Europa contemporánea. Basta el detalle de los centenares de artículos que se han escrito en el 70 aniversario de la liberación para comprender la magnitud de un fenómeno que trasciende los esquemas habituales de lo que se entiende como memoria colectiva.
Exprisioneros de Auschwitz dentro de los muros del campo (EFE).
Sobre Auschwitz, al contrario que sobre otros hitos del horror contemporáneo, no hay fisuras. Y si alguna hay, es completamente marginal. Sobre Auschwitz, además, se han escrito algunos de los mejores libros de Historia y algunas de las mejores obras literarias del siglo XX. No, no es necesario visitar Auschwitz para comprender el nazismo. Basta leer a Primo Levi. Las imágenes, los restos arqueológicos, algunos de tal terrible belleza que anulan su misma pretensión de denuncia, no dan la medida exacta. Son los textos de los sobrevivientes los que se acercan más a la descripción del mal radical; son las reflexiones de los historiadores las que mejor logran penetrar en la escurridiza zona gris que siempre es la más difícil de relatar y que los discursos oficiales arrinconan.
Os decía que guardo en casa ese tríptico y que lo he hojeado alguna vez, tampoco muchas. Explicaciones turísticas de una bondad pedagógica inestimable, pero sumamente inservibles. Auschwitz es un lugar de peregrinaje, la primera parada (y con frecuencia, la última) del universo concentracionario. La identidad alemana y europea moderna se funda sobre la sombra de sus hornos crematorios. Pero yo jamás iré. No me espanta la banalización turística, ni tampoco que los visitantes se tomen selfies delante del Arbeit Macht frei como si estuvieran celebrando la Champions. Pero jamás iré por una razón compleja y sencilla a la vez: no le veo ningún futuro a esta sacrilización del pasado. Además, tal y como yo lo he asumido, el horror del Holocausto debe decantarse en la intimidad, en una ascesis labrada a golpe de lecturas. Ir y ver y volverme sin más me resultaría una traición, como aprobar un examen sin haber estudiado.
Al final de su Ensayo sobre la casa de los muertos, incluido en Posguerra, Tony Judt escribe lo que sigue. La verdad que no he leído nunca una explicación mejor a todo este inmenso lío de la memoria, el nazismo, la conmemoración y la identidad europea:
[El] Riesgo que corremos al entregarnos a un excesivo culto a la conmemoración al desplazar la atención tanto hacia los verdugos como hacia las víctimas. Por una parte, en principio no hay límite para la memoria y para las experiencias que merecen recordarse. Por otra, conmemorar el pasado mediante edificios y museos también es una forma de contenerlo e incluso de desdeñarlo, haciendo que la responsabilidad recaiga sobre los otros. Quizá esto no tenga importancia mientras existan hombres y mujeres que recuerden lo sucedido por haberlo vivido personalmente. Pero ahora, como recordaba con ochenta y un años Jorge Semprún a otros supervivientes durante el sexagésimo aniversario de Buchenwald, ocurrida el diez de abril de 2005, «el ciclo de la memoria activa se está cerrando». Aunque Europa pudiera de alguna manera aferrarse indefinidamente a una memoria vívida de los crímenes del pasado –que eso es lo que se pretende, por deficiente que sea la empresa, al concebir monumentos y museos-, la cuestión no tendría mucho sentido. La memoria es intrínsecamente polémica y sesgada: lo que para unos es reconocimiento, para otros es omisión. Además, es una mala consejera en lo que al pasado se refiere. La primera Europa de postguerra se levantó sobre una memoria deliberadamente errónea: el olvido como forma de vida. Por su parte, desde 1989, el continente se ha construido, a modo de compensación, sobre un excedente de memoria: un recuerdo público institucionalizado en los mismos cimientos de la identidad colectiva. La primera no podía durar, pero tampoco la segunda. Cierto grado de abandono e incluso de olvido es necesario para la salud pública.
PS: Por cierto, la fotografía que acompaña al texto es conmovedora. Varios exprisioneros volvieron hoy al campo de la muerte. Es difícil no emocionarse con algo así, con el testimonio de los pocos que siguen vivos. Pero la pregunta de hasta cuándo se podrá seguir conmemorando de esta forma y, sobre todo, cómo se conmemorará luego, cuando la memoria vívida no exista, sigue presente.
Hola
Es evidente que no tienes necesidad de ir, pero para los incultos, sigue siendo necesario ese viaje.
27 enero 2015 | 19:36
Lo he visitado 3 veces y sigo sin poder describir lo que se siente.
Creo que para todos aquellos que relacionan en Holocaustos solo con las películas, la visita es dura, dolorosa y necesaria, ya que además de ver determinadas pruebas como toneladas de pelo, maletas, gafas… la guía te lo explica y no es un tour a un parque de atracciones, es escuchar y ver el horror de vivir allí, el sufrimiento y aunque mueran los supervivientes, no olvidar de lo que el hombre es capaz
http://lassandaliasdeulises.blogspot.com.es/2015/01/auschwitz-en-imagenes.html
Aquí os dejo fotos de allí
27 enero 2015 | 19:37
Es evidente que no has estado. ¿Banalización turística? Yo sí que he estado y todos los visitantes se expresan y se comportan con un profundo respeto. No veo qué hay de malo en ello. Lo mejor es que no te muevas de casa y te quedes solo con tus libros.
27 enero 2015 | 19:53
Y sin embargo yo pienso que debería ser visita obligada y subvencionada al 100% por el Estado a todos aquellos que cumplan 15 ó 16 años. Cada año. Cada mes. Cada día.
27 enero 2015 | 20:04
Sí, Lorenzo, lo entiendo. Pero, hasta cuándo. Quiero decir, no se puede seguir conmemorando siempre, durante décadas, algo así, porque no habría tiempo en el futuro, de seguir conmemorando acumulativamente las tragedias humanas (las causadas por los humanos), para todas ellas. Creo que es una cuestión complicada, de todas formas. Yo no digo que no se visite, incluso que se visite desenfadadamente, pero me pregunto si eso es necesario hoy, y si será necesario en el futuro.
Gracias por los comentarios.
27 enero 2015 | 20:32
Está claro que no has ido porque no te mueve ni mínimo de empatia, tu lo ves desde un punto de vista vanalizado como si fuera un circo, un parque de atracciones, sin respeto… olvidas que está conservado para recordar qué es lo que el fanatismos puede llegar a generar y para que no se olvide, para que las generaciones que no lo han vivido sepan que es lo que pasó y a donde pueden llevarnos posiciones extremistas y la falta de respeto a las personas, a lo diferente.
Respeto, respeto, respeto… y tolerancia.
27 enero 2015 | 20:48
Nacho, probablemente cuando se muera el último de los supervivientes se podrá empezar a hacer lo que dices. Yo no he ido y no creo que vaya nunca , no por nada.
Por cierto que acabo de ver como le cortan la cabeza a machetazos a un sirio cristiano y me he quedado de piedra. Cinco , seis , siete golpes hasta que lo consigue . Inhumano. Es absolutamente atroz lo que está ocurriendo allí. Perdón por el desvío pero el horror no entiende de rotondas.
27 enero 2015 | 20:52
Yo si veo muy bien que la gente visite estos lugares, con todo el respeto que merecen porque la sociedad que olvida la historia, está condenado a repetirla.
Lo que pasó de 1939 a 1945 JAMÁS DEBERÍA SER OLVIDADO. Y no se trata de conmemorar o celebrar, no es una banalidad regresar al pasado para recordar que no debe volver a pasar NUNCA.
27 enero 2015 | 20:57
«QUIEN OLVIDA SU HISTORIA ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA”. Esto lo dijo, ya hace un par de milenios, Marco Tulio Cicerón, fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano.
También suyo: La Historia es la vida de la memoria, la maestra de la vida.
27 enero 2015 | 20:58
Estimado NACHO SEGURADO, vives demasiado despreocupado. Se ve, que tu familia y tu país jamás ha sufrido horrores de una guerra y de un exterminio.
¿Has estudiado siquiera la historia de Europa?
Un artículo lamentable por su total ausencia de cualquier indicio de compasión e indiferencia hacia los horrores de la guerra.
27 enero 2015 | 21:02
Creo que, a pesar de todo,, la historia se está repitiendo. Yo opino que Alemania ha conseguido con el euro lo que no consiguió con los tanques……someter Europa. Los campos de exterminio?. Se lo preguntamos a tantos que pierden la vida por falta de medios (hepatitis y demás víctimas de los recortes….) mientras los medios se destinan a pagar las deudas del sistema financiero?. Preguntamos a Alemania que fue de la deuda contraída por la destrucción y expolio de toda Europa? Quién les perdonó a ellos su deuda…..? La memoria es muy selectiva.
27 enero 2015 | 21:11
Yo no he estado en Auschwitz y probablemente no vaya nunca, creo que no podria soportarlo. A mi me cuesta enfrentar, comprender y soportar lo que los seres humanos somos capaces de hacernos unos a otros. No es comparable pero estuve en los monumentos de la Zona 0 en Nueva York y pasados unos minutos paseando por alli me dieron unas ganas terribles de irme, me sentia incomoda. No quiero ni pensar como me sentiria en Auschwitz. Y desde luego no me face falta ir alli para recordarlo.
27 enero 2015 | 21:34
Pues yo creo que es completamente necesario visitarlo. Hoy o dentro de cien años. Porque ni veintemil libros pueden hacerte sentir el frío que hace en invierno en un barracón donde dormían en ese pijama roído con los cristales rotos y sobre tablas podridas. No puedes imaginar recorrer esos últimos metros al paredón en ese patio de ventanas tapiadas hasta que no estás allí y lo respiras en directo. A mí me resultó una experiencia muy instructiva.
Hay una frase en uno de los barracones que dice: «The one who does not remember history is bound to live through it again». ¿Qué mal hace tener esto en pie para que la gente recuerde? Puedes leer libros e imaginarte las cosas. Y también puedes visitar Auschwitz y verlas por ti mismo
27 enero 2015 | 21:39
Auschwitz, antiguamente en la región polaca de Galitzia, cerca de allí nacieron unas décadas antes Karol Wojtila (futuro Papa Juan Pablo II) y Willy Wilder entre otros. O sea que estos eran «galletgos». Eso del Holocausto ya es historia antigua y si los nazis mataron en Auschwitz, Treblinka y Dachau, pues los soviéticos mataron en Katyn, Stalingrado y en los gulags y los aliados en Dresde, Hiroshima y Nagasaki.
Clica sobre mi nombre
27 enero 2015 | 21:42
Bla Bla Bla Bla Bla bla….. Y Bla Bla Bla
Y más Bla Bla bla
Para holocausto y exterminio sistemático el que el capitalismo judeomasonico ha creado para que solo unos pocos millones, vivan de puta madre mientras cientos mueren en la más absoluta miseria. A este se le llama, primer mundo y progreso. El legado yankee tras la liberación de Europa de los…. Malos…. Nazis.
Y mientras millones a diario mueren podridos en la mierda y en la ruina, por aquí los no frikis balbucean sobre el holocausto judío.
Podria daros una lección de civilización occidental y predominio judío a través de las bases establecidas del capitalismo actual, pero paso. El mundo en general, hubiera tenido una era de oro de haber tenido otro curso el desenlace de la segunda guerra mundial.
27 enero 2015 | 22:11
Es evidente que nadie podrá nunca comprender el horror que se vivió en los campos de concentración nazis, ni toda la locura asesina que se vivió durante el holocausto, como aquellos que lo vivieron en sus propias carnes y lograron sobrevivir a aquella hecatombe. Y cuando éstos falten, algo que está cerca de que ocurra, porque ya están muy mayores los pocos supervivientes que quedan, habrá que seguir recordando de alguna forma la «Shoá». No creo que sea ninguna sacralización del pasado recordar el holocausto, como dice Nacho Segurado.
Tal y como está el mundo hoy en día ya, las generaciones venideras deben empezar a pensar en términos de respeto a la condición del otro tan sólo porque es un ser humano como nosotros. Todos pertenecemos a la raza humana, y en ese sentido, todos somos seres humanos, todo lo demás es secundario (diferencias religiosas, de raza, de política, o de nacionalidad, etc). Ese será uno de los grandes trabajos de concienciación en los próximos decenios. Si no se va por ahí, por esa senda del respeto al ser humano, a nuestros semejantes, mal futuro le espera a nuestro planeta, cada vez más superpoblado y con luchas más encarnizadas entre los países por los pocos recursos naturales. Podemos pensar, es verdad, que realmente todos estos homenajes no sirven para nada. Podemos ver que la violencia y la guerra en el mundo están a la orden del día en este recién estrenado siglo XXI. Nuestras propias sociedades occidentales y europeas, en su propia concepción de competitividad material, son violentas, alientan la violencia del individuo. Ante tal panorama, ¿tiene sentido rememorar el holocausto?. Pienso que sí. Es un recordatorio de nuestra condición humana, que es la que debe prevalecer, si queremos que la raza humana tenga algún futuro en los siglos venideros. Un testimonio del horror del que es capaz el ser humano, cuando se envilece y se deja llevar por la locura. Probablemente un joven del año 2090, no vea el holocausto como lo vemos nosotros. Incluso, seguro que lo ve como algo demasiado alejado en el tiempo como para interesarle. Pero, a pesar de ello, siempre estará ahí como un testimonio estremecedor de lo que es capaz el ser humano, de la maldad que puede anidar en el corazón del ser humano.
27 enero 2015 | 22:15
Para los que sí estan interesados en visitar Auswitch, lo han convertido en un museo para que nadie olvide lo que allí sucedió :
http://www.phototempus.com/polonia/un-abrumador-viaje-auswitch/
27 enero 2015 | 22:26
Para javi:
Auschwitz no es solamente holocausto.Allí murieron millones de personas de todas las nacionalidades – no solamente judíos.
27 enero 2015 | 22:27
¿ por qué no lo visitaré yo ? No lo podría soportar, pensar en la cantidad de mal y sufrimiento que hay entre sus paredes me supera. Estuve en Ourador Sur Glane en Francia y desde que entré fué sobrecogedor y hubo un momento que no podía dejar de llorar.
Creo sinceramente que todo el mundo tendría que ir alguna vez a algunos de los lugares del Recuerdo y principalmente con nuestros hijos que tienen la idea » romántica / heroica » de la guerra que les proporcionan muchas veces los vídeo juegos, tocan con las manos, ven que los ojos y son conscientes de lo que es capaz el ser humano y sus consecuencias.
27 enero 2015 | 22:44
Enhorabuena, Nacho. Me ha gustado mucho tu entrada. Con tu permiso, me gustaría dejar a tus lectores 7 libros esenciales para adentrarse en el horror de Auschwitz http://bit.ly/1tkU6eE Un saludo cordial
27 enero 2015 | 22:47
Una pregunta para Lolo, Lorenzo, Segurado y tanto otros
¿Habéis ido también a ver los restos del genocidio armenio?
Pues ocurrió 30 años antes
27 enero 2015 | 22:52
Cuando las manadas de borregos fariseos jamas pisaran los gulags rusos ni los campos de concentracion en Estados Unidos sobre los japones les importa una mierda los campos nazis es puro postureo neoprogre para sentirse que no son malas personas como los fariseos que decian gracias señor por no ser como ellos.
27 enero 2015 | 23:15
Yo no iré jamás a ese circo de mentiras por no dar ni un euro a la industria del Holocuento. Hay cientos de pruebas que lo desmontan. Hasta se analizó una ladrillo de las cámaras de gas y se comprobó que era pura mentira lo del zyclon b para matar judíos.
27 enero 2015 | 23:29
no pienso visitarlo.porque para mi gusto la 2 guerra mundial fue financiada x 3 familias banqueras judias.y fue hecha para que los judios mataran y robaran la tierra a los palestinos.
y las muertes que lleva el capitalismo liberal. y las politicas que influyen.A y porque no hablais de los asesinatos que hacen los judios israelitas contra los palestina.Ojala el desenlace de la 2 guerra mundial hubiera sido diferente.
27 enero 2015 | 23:36
¿Que si es necesario recordarlo con este tipo de museos?. Mi respuesta y opinión es sí. No estuve allí, pero imagino que visitar eso no es ir a Disneylandia donde la gente se hace selfies, eso es una generalización de casos que serán los menos, visitar ese museo es un pase al horror. Algunos lo pueden o podemos tener muy claro y no lo necesitamos, no necesitamos verlo, pero nunca está de más ponerse en el lugar de otros, tanto del presente como del pasado. Tienen que existir esos museos, y tendrían que existir tantos más de otros horrores en todas partes para que la historia no se repita. ES simplemente eso, concientizar y aprender del pasado.
27 enero 2015 | 23:40
Yo nunca iré alli,hace demasiado frio.
27 enero 2015 | 23:45
28 enero 2015 | 00:00
si se va con información y espíritu crítico puede ser interesante la visita.
tal cual está no sirve para nada. La placa en la puerta lo deja claro: un millón de muertos, antes ponía millón y medio si esperamos un poco quizá baje más la cifra
siempre podremos visitar la cámara de gas que hay a la entrada. Que nadie pregunte cómo es posible que en un sitio que caben 50 personas y dicen que tardaban 15 minutos en morrir se llega a un millón de muertos (antes era millón y medio) Pero no te preocupes los guías te aclararán que tal cámara de gas no es eso, era un refugio antiaéreo que se reconvirtió en cámara de gas para los turistas. Por eso de no montar un circo allí?
Y así podrás continuar visitando aquello y ver barracones y más barracones, aquello no solo era un campo de exterminio. También lo era de concentración y trabajo
28 enero 2015 | 00:16
Auschwitz es el testimonio de lo que el hombre puede llegar a hacer.
Pero lo lamentable es que los horrores allí perpetrados contra seres humanos, aun hoy día se suceden. Potencias azuzan guerras por doquier con el único fin de poder destruir gobiernos que no se les arrodillan y así poder espolear sus riquezas sin oposición alguna, y todo a costa de centenares de miles de muertos, millares de desplazados, familias destruidas, ciudades desbastadas y sumidas en la miseria, la pobreza y el hambre.
Supongo que en un futuro Iraq, Afganistan, Libia, Siria, Palestina, etc., etc., también se convertirán en iconos de como la ambición desmedida de pocos, destruye las vidas de tantos.
Hoy día se existe un Gueto más grande y con mayor población que aquel construido por los alemanes nazis en Varsovia, llamado «La Franja de Gaza», paradójicamente son judíos sus creadores.
Hoy día se tortura en cárceles secretas, donde sus carceleros hacen alarde de no poseer humanidad, como todos pudimos apreciar lamentablemente en las fotos hechas públicas de Abu-Ghraib, en donde se asesinaba sin motivo, se humillaba e infería dolor a sus víctimas por solo saciar un placer enfermizo.
Y podría seguir y seguir y seguir. En lo particular pienso que Auschwitz hoy día, lamentablemente, se ha convertido en una especie de excusa, para que muchos políticos responsables de horrores a lo largo y ancho de nuestro mundo, se desgarren las vestiduras poniendo cara de perplejidad de lo que allí sucedió, dando así una especie de pantalla de sentimientos humanos de los cuales adolecen totalmente.
EL QUE TENGA OJOS QUE VEA.
ciao pescao.
28 enero 2015 | 01:31
En parte estoy de acuerdo y en parte no.
Creo que el pasado hay que recordarlo y reivindicarlo para que no se olviden esos horrores. Pero también creo que el pasado no debe «hipotecarnos», por así decirlo, manteniéndonos esclavizado a él. Y tampoco debe utilizarse para justificar abusos o sectarismos políticos actuales, como hace el gobierno israelí con el propio Holocausto o muchos españoles (a derecha e izquierda) con nuestra Guerra Civil.
El pasado siempre es una lección, un recordatorio. El problema es cuando se convierte en una cadena que te aprisiona o en un instrumento que se usa como arma. Aquello que decía Unamuno de «los muertos que matan a los vivos».
28 enero 2015 | 02:16
Entiendo el artículo, pero tan solo en parte. 70 años no es nada, aún hay gente viva que sufrió en sus propias carnes ese horror. Entiendo que algún día, dentro de muchos, muchos años, el nombre de Auschwitz no removerá más la conciencia ni el recuerdo que la palabra «Peloponeso» (¿cómo olvidar la guerra del Peloponeso?), el tiempo lo cura todo, o lo dulcifica al menos. Pero para eso queda mucho, mucho tiempo.
Yo de todas formas no iré tampoco. No tengo sed de estimular mi imaginación, ni de ‘revivir’ lo que ni siquiera he vivido una primera vez. No tengo que visitar un lugar en concreto para ser consciente de la agonía de más de un millón de personas que murieron allí, para saber lo que significa, lo que supone, lo que supuso, y lo que quizá se aprenda o no. Eso de aprender historia para no repetir los errores del pasado es una frase muy bonita, pero a Alemania le llevó poco más de 20 años olvidar la Primera Guerra Mundial para embarcarse en la Segunda.
Con supervivientes vivos no iré a visitar Auschwitz, personalmente no pinto nada ahí intentando hacerme a la idea de un horror que muchas víctimas, aún vivas, han intentado olvidar o superar durante toda su vida. Creo que hasta dentro de muchos, muchos años, me repugnará ya tan solo el nombre, para mi visitar Auschwitz es un plato demasiado fuerte. Quien necesite visitarlo para hacerse una idea, adelante, pero eso ya quiere decir que el nombre Auschwitz no significa gran cosa para ella, no se le revuelven las tripas con tan solo escucharlo.
28 enero 2015 | 02:52
Auschwitz está ahí y ha de estar ahí para recordar ya no solo el horror de los 11 millones asesinados (no solo judíos, si no también gitanos, incapacitados, comunistas, homosexuales, etc.), sino el hecho de que semejante horror fuera perpetrado de manera fría y sistemática por supuestamente una de las naciones cultural e industrialmente más avanzadas de la época. No eran una panda de salvajes descerebrados e incultos. Yo no he estado nunca, he estado eso sí en otros lugares del horror, como la escuela S21 en Camboya, centro de tortura y asesinato en la época de Pol Pot, y te puedo asegurar que la gente que la visita no pasa precisamente un buen rato ni esta allí por el ‘morbo turístico’.
28 enero 2015 | 03:40
Es tan farragosa y pesada su explicación que al final no me he enterado de porqué no irá nunca a Auschwitz.
28 enero 2015 | 07:40
Que aun quede gente en el mundo que piense que el holocausto fue un montaje, que las camaras de gas fueron mentira….no se si habla muy bien de la efectividad de la apología propagandística pronazi, o muy mal del profundo retraso mental de aquellos que le conceden crédito o que incluso, se lo creen a pie juntillas.
Pero bueno, Es lo de siempre. Históricamente el codicioso se ha aprovechado del necio y el ignorante para conseguir sus fines, y eso se ve también hoy en día… desde las atrocidades cometidas por ISIS a las opiniones vertidas como comentario en articulos de opinion como este.
RAF, sabes por que comenzó la segunda guerra mundial?? por juntarse por una parte gente desesperada y por otra gente como tu dispuesta a tragarse mentiras a manos llenas para justificar lo injustificable. Estudia, infórmate y si no tienes nada que aportar que tenga un mínimo de sentido, al menos haz el favor de guardar respeto con tu silencio.
«El hombre sabio calla y escucha, el necio habla sin parar»…y por lo que se ve…sin tener ni idea de lo que habla.
28 enero 2015 | 10:57
hoy rafapal tiene unos enlaces muy interesantes.
yo paso de ir a este parque temático prefabricado, ya tengo suficiente con todas las películas sobre el holocuento.
que haya habido crímenes asquerosos no significa que nos tengamos que creer todo lo que nos cuentan, con este tema parece que hay vía libre para aumentar la leyenda pero cualquier información en contra siempre será tomada a priori por falsa y tb. a posteriori porque no investigarán oficialmente.
28 enero 2015 | 11:21
Mejor vete a Palestina y verás lo que es un genocido en tiempo real.
Por cierto
https://www.youtube.com/watch?v=zVOJRoSFNvg
28 enero 2015 | 11:27
Y Treblinka?
Los nazis intentaron ocultarlo todo, pero un millón de muertos y sus cámaras de gas, siguen bajo tierra
http://lassandaliasdeulises.blogspot.com.es/2015/01/treblinka-campo-de-exterminio.html
Un lugar triste y silencioso en medio del bosque
Fotos de mi visita a Treblinka
28 enero 2015 | 13:25
Completamente de acuerdo #Las sandalias de Ulises
Fue una visita que jamás olvidaré y le aconsejo a todo el mundo hacerla.
31 enero 2015 | 23:46
Bueno, un más que interesante post. Nunca he tenido intención de ir a ningún sitio de estos. El único al que siempre me he negado a ir de forma sistemática (porque es el que tengo más a mano) es el Valle de los caídos. Mucho hablar, de campos de concentración nazis, que si gulags, que si Guantánamo, etc… y siempre nos olvidamos de lo nuestro. Mucha paja en el ojo ajeno.
Seguramente me muevan motivos parecidos a Segurado, aunque no coincido del todo con él. No todo el mundo tiene la formación necesaria para acceder a determinadas lecturas, ni la capacidad de sentir a través de las mismas, y toda esa gente, o lo ve con sus propios ojos, o no se hará, ni por lo más mínimo, una idea de lo que pudo ser aquello. Digo una idea, porque dudo que nadie que no lo experimente pueda llegar a comprenderlo en su totalidad.
En relación a por cuánto tiempo es necesario preservar este tipo de lugares y la memoria… pues seguramente de acuerdo. Pero hay que dejar bien claro, que estos lugares y conmemoraciones solo mueven conciencias en Europa, Norteamérica y poco más. Dudo que a los chavales que crecen desamparados en la franja de Gaza o en los territorios dominados por Isis, o en las zonas más conflictivas de África, una visita a estos museos del horror le siriviera de mucho. Bueno sí, quizá le daría ideas que aplicar en el mañana.
06 febrero 2015 | 23:31