Europa inquieta Europa inquieta

Bienvenidos a lo que Kurt Tucholsky llamaba el manicomio multicolor.

La geopolítica y los clichés: el ‘caso Ucrania’

Con todo lo de la movida ucraniana (que diría mi compañero Víctor Navarro) están proliferando los expertos en geopolítica como si fueran níscalos cuando llega el otoño. Muchos tocan de oído, otros simplemente se equivocan o exageran. Pero hay una modalidad más refinada: la de los que hablan sin saber, pero como si supieran.

Freddy Gray, periodista de The Spectator, ha recopilado diez clichés sobre esta crisis política que te harán quedar —a ti, periodista, o a ti, comentarista televisivo— como un informado especialista en relaciones internacionales. El post, que descubrí gracias a un tuit del entrañable Javier García Toni,  me hizo mucha gracia, porque hasta yo he usado, quién no, alguna de estas frases vacuas y totalmente mistificadas para salir del paso.

Soldados ucranianos. (EFE)

Soldados ucranianos. (EFE)

«Es demasiado simplista pensar en término de ‘este’ y ‘oeste’ es un mundo multipolar»; «A lo que asistimos aquí es aun retorno de la geografía»; «Los ortodoxos tienen una forma diferente de mirar estas cosas»… Son algunos de los cutres argumentos de autoridad que se han elaborado sobre el conflicto. Pero el cliché más certero, y por desgracia más usado —he leído artículos de opinión de esta naturaleza en la prensa española— es el que acude a la siempre socorrida, aunque inexacta, analogía histórica.

Estamos ante el retorno de la guerra fría, de la política de bloques. Europa, pergeñando un anacronismo de cien años, está al borde de un conflicto que, como el de los Balcanes en 1914, produciría una reacción en cadena similar a la de entonces. Nada de esto me lo estoy inventado. Está escrito. Como también está escrito que todo esto está ocurriendo, otro cliché, porque Europa (y EE UU) han olvidado que el tablero mundial no es un pacífico juego posmoderno, sino un lugar cruelmente hobbesiano, de choque constante de fuerzas. En fin.

Muchas veces los politólogos, como los sociólogos o los economistas, se equivocan. La mal llamada Primavera Árabe, por ejemplo. O la crisis económica, que ya es un lugar común del fracaso de los sabios. Hay variables que son muy difíciles de predecir, y analizar lo que está pasando —mientras está pasando— tiene sus riesgos. Personalmente, creo que hay un exceso de análisis, una inundación de porqués que acaba por sepultar a los hechos. Pero entre tanta ganga, la mena.

Os propongo algunos enlaces a artículos sobre el conflicto alejados del cliché:

 

 

 

7 comentarios

  1. Dice ser Patricia

    Muy buen artículo Nacho. Totalmente de acuerdo. Aprovecho para comentarte que sigo tu blog con especial interés, pero me da problemas para copiar tu enlace y ponerlo en los blogs que sigo en mi blog.

    06 marzo 2014 | 12:42

  2. Dice ser Patricia

    Saludos!, soy Patricia del blog Mirando a Europa http://patriciaguasp.wordpress.com/

    06 marzo 2014 | 12:43

  3. Dice ser Juanjo

    Este articulo es un ejemplo claro de como criticar los topicos tirando de topicos.
    Aunque se use el termino cliché que queda mas fino.

    06 marzo 2014 | 16:48

  4. «A la luz de los últimos acontecimientos, Marx sigue teniendo razón: la economía tiene una repercusión tremenda en todas las actividades sociales, e incluso las determina. Todo es economía, al menos desde que empezó la crisis, y todos nos empeñamos en entender algo de sus arcanos, para intentar comprender lo que nos pasa. Leemos a los economistas de guardia que aparecen en los periódicos, oímos sus opiniones en los medios audiovisuales, esperamos de ellos la luz que nos falta. Paul Krugman se convierte en un oráculo, cuando no en un gurú, y nos echamos a temblar cuando hace sus pronósticos, que tan directamente nos afectan. Los economistas incluso aparecen en los programas televisivos de máxima audiencia y allí vierten sus opiniones sobre nuestra particular zozobra española, unas veces con sombrío pesimismo y otras con más esperanzador horizonte. Por tanto, como sugería Marx, todo es economía y según como vaya la economía así irán otras actividades de la vida social, puesto que, en último término, dependen de ella.

    Semejante dependencia siempre nos ha parecido a muchos una exagerada determinación y siempre nos hemos afiliado al pensamiento de los que, sin dejar de tener un profundo respeto por el pensamiento de Marx, han buscado zonas de relativa autonomía de esas otras actividades humanas (que él llamaba superestructurales). Cuando un escritor escribe o un pintor pinta, ¿acaso sus actividades tienen algo que ver con la economía que define a las sociedades en las que despliegan su actividad esos creadores? En algún sentido, seguro que sí, pero en todos los sentidos. Walter Benjamin, por ejemplo, creía a fondo en esas interconexiones. Cuando estudió la poesía de Baudelaire señaló que su imaginación absorbía en parte un mundo legado por las escorias del capitalismo aunque consiguiera imprimir en él los vuelos de sus ilimitadas sensaciones, completamente idiosincrásicas, sugiero que más relacionadas probablemente con su historia personal y familiar que con su historia social.

    Por tanto, la imaginación poética no es del todo independiente de la infraestructura económica, puesto que hace frente a las consecuencias de aquella; pero, a la vez, es independiente de ella, puesto que transforma todo ese material objetivo en una nueva realidad que es como una recreación que recrea a la causa misma, haciéndola desaparecer del mapa, obligándola casi a agachar la cabeza (el espíritu triunfa, la materia – la sucia economía – sucumbe).

    Nos agarramos a este o a otros ejemplos para imaginar una vida humana libre de ese submundo en donde se juega lo que parece más lejano al espíritu: la verdad del tejido económico que hace posible el resto de las actividades, incluidas las artísticas. De acuerdo pero, si no se vendieran los libros, ¿existiría literatura? O, si no se vendieran los cuadros, ¿existiría la pintura? O, si no se proyectaran las películas en espacios públicos, ¿existiría el cine? Irrefutable encrucijada, desde luego, pero, a pesar de ella y de lo pegajosa que es, necesitamos escaparnos de esa ley económica que dice que todo es economía, incluso cuando parece que no lo es.

    Ni los artistas, los más espirituales de los seres humanos, se escapan de la economía
    Sí, sí, de acuerdo, pero …los artistas también buscan rendimiento a sus creaciones como cualquier empresario busca el máximo rendimiento a su inversión. Sí, los artistas también buscan el máximo rendimiento a sus productos y, si no dinero directamente – que también -, buscan ser reconocidos, tener un lugar destacado en la sociedad, ser invitados a fiestas, aparecer muchísimas veces en Google, tener multitud de presencias fotográficas en el ciberespacio, viajar muchas veces para pasear por el mundo su respetabilidad conseguida con sus esfuerzos creativos…¿Es eso dinero? Bueno, no es exactamente dinero, pero es como si lo fuera: es lo que el sociólogo Pierre Bourdieu llama beneficios simbólicos, tan importantes o más que los estrictamente económicos.

    Por tanto, parece imposible escaparse de las garras de la economía. Ni los artistas, los más espirituales de los seres humanos, parecen conseguirlo, como se ve. Ni, por supuesto, sus mediadores, los que dan valor a sus productos y los esgrimen como pura mercancía en el universo de las mercancías. Estamos en las manos de los inversores multinacionales, que no prestan si no ven rentabilidad asegurada a sus préstamos. Padecemos los terroríficos recortes en ámbitos como la educación y la sanidad porque, si no, los inversores no nos prestan (¡y qué contentos se ponen algunos para, con esa excusa, hacer valer su eterno odio a lo público y socavarlo, si pueden!). Somos rehenes absolutos de la economía y sus garras, y es casi imposible que el estado de ánimo se pueda escapar de ellas. ¡El estado de ánimo! Estamos tristes, apesadumbrados, incluso angustiados, tanto o más que los personajes atrapados en la inmensa totalidad – Rothko dixit – de la Melancolía de los cuadros de Hopper. Nuestra tristeza es la de sabernos presos en las garras de esa Siniestra, causante de tantos desastres y dolores, y no vemos cómo quitárnosla de encima. ¿Tenía o no tenía razón Marx?».

    Ángel Rupérez es escritor.

    06 marzo 2014 | 19:12

  5. Dice ser Julian Martinez

    Marx, nunca puedo calcular la situación catastrófica de nuestros días.

    España, invadida por los diablos en la figura de políticos corruptos.

    Estos políticos modernos que por los hechos concretos, no creen en nada solo en dinero fresco y hacerse ricos en corto plazo a costa del sudor del pueblo. “Todo lo demás en lo referido a conciencia social le suda eso el rabo”. Esto esta bien demostrado porque hoy no hay ni derecha ni izquierda con una cara muy dura de caucho inalterable, les resbala todo aunque el pueblo les escupa en la cara, se la lavan con la manguera y vuelta a la mentira, promesas de un día y risas entre ellos por la seguridad que tienen de fuerza sanguinaria sin escrúpulos ni respeto a sus propios padres ni hijos. Esto y mucho mas es lo demostrado diariamente, con parches y mas parches y el pueblo con mas miseria incluso ni para disponer de la comida diaria para mantener la vida. Así lo confirman las casas de comidas, bares y restaurantes, no dan mano a basto repartir comida a los que diariamente pasan pidiendo, incluso gentes de clase media completamente arruinados. “Esto es indignante levanta hasta los muertos de sus tumbas. Esto no es política, es bandidaje mafioso”.

    Por esto, hay que estar en lucha diaria y repetirlo mil veces que no engañan hoy a nadie y estos hechos de miserables malvados están provocando una estampida social de toda la población en general. Las quejas del pueblo con educación y respetos o con indignación, insultos suaves o menos suaves les suda; porque no reciben daño alguno en nada y vuelta a la risa, ja ja ja ja, como también hacen sus esquiroles, especialmente los del PP.SOE. por ser la misma panda política.

    En respuesta a estos viles sociales, yo pienso que llegado a estos extremos de prepotencia, abuso de poder con premeditación y alevosía contra el pueblo trabajador, hoy es necesario mas que nunca apareciera una ETA. del norte, otra andaluza, otra del levante, otra catalana, otra extremeña, otra gallega, etc. etc. y repartir unos cuantos bombones a toda esta prole de mafiosos.

    Seguro estoy que esta mi opinión es un insulto muy grave, cuando no tiene ningún mal social cometido físicamente para nadie ni nada en general. El de ellos si; “distintos delito criminales cometidos consumado y calculado en distintas formas y métodos contra el pueblo trabajador. Esto lo saben hasta las ratas de las cloacas.

    Esta situación parece no tener solución ante la provocación tan directa por el FMI recomendando mas recortes sociales dispuestos a un cataclismo social, la mecha esta encendida!!!..

    Que pretenden estas mafias Nacionales e Internacionales???

    06 marzo 2014 | 23:08

  6. Dice ser estuardo

    yo creo que europa es un pais muy democratico mas todos los departamentos de europa ya que europa es un pais verdad mis amigos europeos de el alma son mis amigos siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipppppppppppppppp.

    07 marzo 2014 | 04:23

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