Estoy dramatizando Estoy dramatizando

"... no me despiertes, si duermo, y si es verdad, no me duermas". (Pedro Calderón de la Barca, 'La vida es sueño')

Juan Diego ‘el Desalmado’

3estrellasSueños y visiones del rey Ricardo III

Me encantaría decirles que entre mis dramaturgos favoritos están Ionesco, Gorki o, al menos, Pinter y parecer un poco más sofisticada, pero lo cierto es que entre mis dramaturgos favoritos está Shakespeare, qué le vamos a hacer. Entre los míos y entre los de muchas otras personas, por lo obvio y también a juzgar por el llenazo del viernes en la sala principal del Español.

Ricardo III

Terele Pávez y Juan Diego en ‘Sueños y visiones de Ricardo III’. (Foto: Sergio Parra)

En Ricardo III encontramos a uno de los personajes más fascinantemente desalmados del Bardo de Avon, tan cruel que es rechazado por su propia madre. Y este Sueños y visiones… no es sino una curiosa adaptación de aquella, con dramaturgia de José Sanchis Sinisterra y versión escénica (y dirección) de Carlos Martín. Tal y como explican sus creadores, aquí se ha alterado la estructura original, y se ha convertido la escena tercera del quinto acto en el centro de la pieza. El resultado tiene mucho de interesante, sobre todo por la importancia que cobran los fantasmas del monarca, sus temores, sus pensamientos.

En el aspecto escenográfico (también lo explican los responsables) se ha recurrido a un juego de planos que marcan la diferencia entre lo imaginado y lo pasado frente a lo real y lo presente con tules, proyecciones y juegos de luces (por cierto, magnífica la iluminación). Ni la dramaturgia tendría sentido pleno sin esta igual de interesante concepción ni viceversa. Eso sí, obliga, supongo, para subsanar la dificultad que implicaría a la hora de proyectar las voces, a utilizar micrófonos, con la pérdida de encanto y credibilidad que eso conlleva.

Aunque inferior en número, el reparto femenino se impone en Sueños y visiones… al masculino. No solo están estupendas Terele Pávez (la duquesa de York) y Asunción Balaguer como Margarita; con sus limpias interpretaciones, las más jóvenes Lara Grube (Lady Ana) y Ana Torrent (Isabel) consiguen crear una magnética aura alrededor de sus personajes. Juan Diego recrea con gran mérito la deformidad del rey Ricardo y borda sus arranques de cinismo. Lástima que la dicción impida entender algunas de sus líneas.

Autor: William Shakespeare.

Dramaturgia: José Sanchis Sinisterra.

Dirección y versión escénica: Carlos Martín.

Reparto: Juan Diego, Juan Carlos Sánchez, Jorge Muñoz, José Hervás, Lara Grube, Ana Torrent, Aníbal Soto, Óscar Nieto, Carlos Álvarez-Nóvoa, José Luis Santos, Asunción Balaguer, Terele Pávez.

Escenografía: Dino Báñez, Miquel Angel Llonovoy.

Audiovisuales: David Bernués.

Iluminación: Pedro Yagüe, José Manuel Guerra.

Vestuario: Ana Rodrigo.

Composición y espacio sonoro: Miguel Magdalena.

Producción: Teatro Español.

Sala: Teatro Español (sala principal), Madrid.

5 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    Juan Diego es el mejor interprete que tenemos en este pais, un actor de peso que borda a todos los personajes que se le impongan, lástima que las envidias no le dejen disfrutar la gloria que merece.

    Clica sobre mi nombre

    23 noviembre 2014 | 10:06

  2. Dice ser konver | toner

    Juan Diego es verdad que tiene interpretacioners sorprendentes, el Los Santos Inocentes lo clava, como en tantas otras claro está

    23 noviembre 2014 | 11:32

  3. Dice ser konver | toner

    En esta obra es cierto que lo hace de lujo.
    toner
    http://www.konver.com

    23 noviembre 2014 | 11:32

  4. Dice ser actrircilla

    Estos si merecen que se les llame actores o actrices,,,como es que alguien le puede llamar actriz a la Lolita.

    23 noviembre 2014 | 12:13

  5. Dice ser Mister Tal

    Tenía ganas de verla, pero he leído en más de cinco sitios que a Juan Diego no se le entiende en varios pasajes… Una pena, pero me quedaré sin ver a Ana Torrent, a la Balaguer y a Terele, que bueno, la tenemos más reciente…

    24 noviembre 2014 | 19:55

Los comentarios están cerrados.