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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

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Muere el líder de Anal Cunt

Quizá la mayoría no tenga la más remota idea de quién era Seth Putnam. Quizá a muchos un grupo como Anal Cunt les suene a chino, tanto o más que la palabra grindcore. Incluso puede que otros piensen que los que disfrutan escuchando a una música como la que él cantaba son un atajo de descerebrados.

Seth Putnam, fallecido el pasado domingo a los 42 años víctima de un fulminante ataque al corazón, lo era. De otra forma, pocos encontrarían explicación a algunos de sus highlights al frente de una de las bandas más controvertidas de todos los tiempos. Desde el propio nombre del grupo (Coño Anal o Coito Anal), escogido de entre una lista de las palabras más malsonantes que se le ocurrieron, a los hirientes  títulos de las canciones («Hitler was a sensitive man», «I made your kid get AIDS so you could watch it die», «You’re pregnant so I kicked you in the stomach», «Recycling is gay» y un largo etcétera) pasando por sus letras abiertamente homófobas, xenófobas y probablemente todo lo que acabase en ófobo, sin olvidar algunas de sus excentricidades, como grabar un Ep de 11 minutos con 5.643 canciones en su interior.

Punan era, según su portavoz y encargado de dar la noticia de su muerte, Grim Kelly Kim, «uno de los músicos más infames que el metal extremo ha visto». Un hombre que se propuso crear «la antimúsica» y que, desde 1988 llevaba al frente de una banda por la que han pasado multitud de músicos (entre otros, ilustres como Phil Anselmo, de Pantera), a muchos de los cuales dedicó, tras su salida de la banda, todo tipo de lindezas en forma de canciones, como hizo en «Mike Mahan Has Gingivitis», «Tim is gay» o  «Shut up, Mike». Desde 2004 sufría graves problema de salud, fruto de un coma en el que cayó tras una sobredosis. Él mismo se llegó a burlar del trance en canciones posteriores como «Ha ha, you’re In A Coma».

Quizá lo más acertado sea caer en la cuenta de que Putnam se reía de todo y de todos, especialmente de aquellos que veían en él una especie de anticristo. Su propósito en la vida fue hacer el cafre y montar una broma de mal gusto de proporciones épicas. Y a la vista está que lo consiguió. Muchos como yo nunca disfrutamos realmente de su música, pero nos echamos unas risas con sus salidas de tono en forma de títulos de canciones. Hoy descansa en paz. O no.