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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Archivo de la categoría ‘Obituarios’

Muere el líder de The Cramps

Nunca es plato de buen gusto tener que contribuir a engrosar la categoría de Obituarios de este blog. En su día la creé tras darme cuenta de que, en poco tiempo, había escrito tres post con la muerte como leitmotiv. Hoy vuelvo a darme de morros con una noticia triste: el fallecimiento, el pasado miércoles, de Eric Lee Purkisher, más conocido como Lux Interior. Y yo, aun a toro pasado, me veo obligado a rendirle el homenaje que se merece. Porque, ante todo, su muerte nos sirve de excusa para recordar su vida y, sobre todo, su música. Es lo que nos queda, y no es poco.

Es posible que a muchos no les suene su nombre. Incluso puede que a alguno tampoco el de su banda, The Cramps. Y sin embargo, la suya es una contribución vital en la historia del rock and roll. The Cramps fueron una excepcional banda de garage punk y pioneros de todo un género, el psychobilly. Fueron, por tanto, padrinos de toda una ristra de bandas fundamentales de la escena. El psychobilly no es otra cosa que la fusión de los sonidos del rockabilly de los 50 con el punk de los 70. Un cóctel explosivo al que hay que añadir una jugosa y característica guinda: las letras. Películas de serie Z, terror, monstruos, fetichismo, sexo. Toda una ristra de tópicos que no pueden faltar en un buen tema del género.

Lux Interior formó The Cramps en el lejano 1973. La historia de la banda está íntimamente ligada a una relación amorosa, la que mantuvo hasta el día de su muerte con Kristy Wallace, más conocida como Poison Ivy, guitarrista del grupo durante 37 largos años. Lux y Kristy se conocieron en un curso de Arte y Chamanismo de la Universidad de Sacramento (California). Eran dos tipos raros y, afortunadamente para todos nosotros, sus caminos se cruzaron. Juntos formaron una banda por la que han pasado un gran número de miembros, al tiempo que el núcleo se mantenía intacto.

A lo largo de sus casi cuatro décadas de vida, The Cramps publicaron 14 discos. Y sin embargo, lo que quedará en el imborrable recuerdo serán sus directos. Explosivos, impredecibles, salvajes. Rabiosamente divertidos. Todo lo que se puede pedir a un buen show de rock and roll. El pálido y mortecino Lux se dejaba la piel en cada actuación. Y sus fans lo gozaban.

El miércoles, Lux fallecía en la cama de un hospital de California. Tenía 62 años y una vida de excesos a sus espaldas. Descanse en paz. Y gracias por el espectáculo.

The Cramps: Naked Girl Falling Down The Stairs:

El último tren de John Peel

Este viernes se cumplen cuatro años de la muerte de todo un icono de la música contemporánea, el inolvidable locutor de la BBC John Peel. Para conmemorarlo, las autoridades británicas han puesto su nombre a un tren que mañana hará su primer viaje partiendo desde la estación de Liverpool. Justo antes, la banda de rock Amsterdam, una de las últimas a las que el viejo Peel echó su infalible ojo, tocará la que fue la segunda canción preferida del locutor, Does This Train Stop On Merseyside. Un tema que, según la viuda de Peel, Sheila Ravenscroft, «no podía pinchar sin echarse a llorar».

La importancia de la labor de John Peel en la difusión de la música británica durante las últimas tres décadas del siglo XX fue crucial. Él fue el primero en programar sonidos como el punk y el reggae en la todopoderosa radio pública británica, donde permanció desde 1967 hasta su muerte. Se perfiló como un excelente comunicador y un inigualable descubridor de bandas. Demostró un inmenso amor a la música y a multitud de estilos tan dispares como el rock, el hip hop, el dance o la música experimental. Pero sobre todo, Peel será recordado por ser el creador de unas sesiones radiofónicas de grabación de música en directo, las míticas Peel Sessions, por las que se paseó la flor y nata de la música independiente mundial. Unas sesiones de las que salieron auténticas maravillas y en las que sólo dos bandas españolas, The Unfinished Sympathy y Aina, tuvieron el honor de participar.

Sirva este post para recordar y rendir homenaje a todo un gurú de las ondas como ha habido pocos. No habría mejor manera de hacerlo que con el que fue su tema favorito de todos los tiempos, «Teenage kicks», de los Undertones. Una canción a la que, en sus propias palabras, «no le faltaba ni sobraba nada», y una letra memorable cuya primera frase, «Teenage dreams so hard to beat» figura en su lápida a modo de epitafio.

Descanse en paz, Sergio Algora

Cinco minutos después de subir el post de Bloc Party me entero de la muerte de Sergio Algora, fundador de El Niño Gusano y cantante y teclista de La Costa Brava. Acabo de hacer una breve noticia con lo que se sabe hasta el momento, que es bien poco.

Desde este humilde blog quiero mandar todo mi ánimo a los amigos, familiares y seguidores de Sergio, que en estos momentos estarán pasando un trago siempre difícil, más aun cuando se trata de una persona tan joven. Se va un personaje clave en la música española de los últimos años, un músico de gran talento y un respetado escritor. Descanse en paz, Sergio Algora.

Bo Diddley, descanse en paz

El lunes por la noche falleció Bo Diddley, una de las grandes figuras del rock and roll, a causa de un fallo cardiaco. Lo hizo en su casa de Archer (Florida), a los 79 años de edad.

Diddley, nacido como Ellas Bates en 1928, comenzó tocando el violín de niño. Su peculiar manera de percutir las cuerdas de la guitarra bebía precisamente de aquel instrumento, lo que le llevó a dar forma a un estilo crudo e inusualmente rítmico que fue bautizado como el «Bo Diddley beat». Las calles y mercados de Chicago fueron su escuela hasta que Chess records le dio la oportunidad de grabar un single con dos temas, I’m a man y Bo Diddley, inspirada en una canción de cuna.

Acompañado de su inseparable guitarra rectangular, desarrollada por él mismo, Bo Diddley ha pasado a la historia por su contribución decisiva en la transición del blues al rock and roll y por haber sentado las bases de todo un estilo a base de clásicos como Who Do You Love, Before You Accuse Me o Hey Bo Diddley. Junto a nombres como Little Richard, Fats Domino o Gene Vincent, Didddley contribuyó de manera decisiva a llevar a lo más alto una manera de entender la música y la propia vida que no entendía de razas ni clases sociales. Y es que el público blanco fue el principal seguidor de un artista que luchó por abrirse paso en una época en la que no era nada fácil ser negro en Estados Unidos.

Pese a no ser el nombre más popular de su época, la influencia indiscutible de Diddley ha trascendido a lo largo de las décadas. Músicos como Keith Richards o Richie Sambora han manifestado su profunda admiración hacia el viejo Bo, que en su día se prestó encantado a colaborar en los discos de bandas como The Clash y Grateful Dead. En 1987 ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll, y en 1988 recibió un Grammy honorífico a toda su carrera.

Nada de ello le hizo abandonar la guitarra. Siguió tocando hasta el último momento y compaginando la música con los proyectos sociales que llevaba a cabo en su comunidad, centrados fundamentalmente en el apoyo a los jóvenes con problemas de drogas. También actuó para los afectados por el huracán Katrina, dos años antes de que su estado de salud empeorase de forma irreversible tras un concierto en Iowa en mayo de 2007. Pese a todo, el destino le guardó una última ocasión de actuar. El pasado mes de noviembre, durante una actuación de Jesse Robinson en homenaje a su carrera, Bo subió al escenario y cantó su última canción.

Ha muerto un grande. Descanse en paz, Bo Diddley.